La telenovela «Valle Salvaje» se ha ganado el corazón de su audiencia por las tramas cargadas de intrigas, pasiones y sus respectivos conflictos familiares. En el próximo capítulo, que se emitirá el miércoles 11 de junio, la serie emitirá posiblemente la escena más esperada y dolorosa de esta temporada: el compromiso entre Rafael y Úrsula, un compromiso que para muchos será motivo de alegría, pero que para otros representa el fin de un amor que ha sabido superar las más duras vicisitudes. Con la confirmación de los rumores que van ganando fuerzas y de alianzas que se van fraguando, subsiste la pregunta de si Adriana podrá soportar la traición que siente.
RAFAEL, ENTRE EL DEBER Y EL CORAZÓN
Desde el comienzo de la historia de Valle Salvaje, Rafael ha sido un ser humano en el que han comparado los deseos de su familia con los verdaderos deseos. La voluntad de su hermano Julio y la manipulación de Úrsula han conseguido lo que parecía imposible, romper su voluntad. Aunque su amor por Adriana es indiscutible, la imposibilidad de estar juntos lo lleva a decidir un camino que, lejos de liberarlo, lo ata a un futuro ya hecho.
«Es que ante la imposibilidad de vivir su amor, Rafael prefiere la resignación más que luchar», una frase que aporta el sufrimiento del heredero de Valle Salvaje. La aceptación de su propuesta de matrimonio a Úrsula no es una muestra de amor, sino un acto de rendición. Mientras ella celebra su victoria, él solo puede pensar en lo que dará como consecuencia su decisión.
Sin embargo, hay un detalle que no podemos obviar; porque el gran Rafael es un hombre que no es, qué él no puede perder precisamente por nacimiento y, de ahí que esta sumisión forzada pueda ser la chispa para detonar una futura rebelión. O, por el contrario, puede ser un compromiso que lo lleve definitivamente al enfrentamiento directo con su familia, o puede ser la forma de caer en un papel que nunca había querido representar.
Lo cierto es que su sufrimiento no va a pasar desapercibido, sino que hay personajes que se encuentran en la penumbra que están observando y, quizás, alguno de ellos piense que deben hacer algo antes de que ya sea demasiado tarde. La cuestión es: ¿quién va a arriesgarse ante los poderosos de Valle Salvaje por amor a Rafael?
MANIPULADORES QUE TRIUNFAN
Si hay dos personajes en Valle Salvaje que han demostrado ser unos autenticados maestros en el arte de la manipulación, con seguridad, son Úrsula y Julio. La prima de Adriana ha conseguido no sólo asegurarse su puesto en la familia, sino que lo ha conseguido pisando el corazón de su enemiga. Su consentimiento inmediato al compromiso es solo el giro que ratifica que su plan ha funcionado: cortar la relación entre Rafael y Adriana.
«Con Rafael sujeto a Úrsula, al fin Adriana caerá en sus brazos», esa es la base que lo mantiene optimista. Su manía por la joven lo ha llevado a estar convencido de que sin Rafael en su vida ella no tendrá otra salida que volar hacia él. Pero lo que ignora es que el corazón no sigue las estrategias.
En segundo lugar, Julio está jugando con fuego. La unión entre él y Úrsula permite obtener beneficios de la relación, pero, ¿qué pasará con sus intereses cuando entren en conflicto? Ambos son manipuladores, pero ambos son egocéntricos, y en algún momento habrán de llegar a un choque -de manera que Valle Salvaje será testigo de una lucha sin aliados, sino entre vencedores y vencidos-.
ADRIANA FRENTE AL ABISMO DE VALLE SALVAJE
A lo largo de los días que transcurren desde la última conversación y la boda, Adriana será la que más presiones experimenta. No solo ha perdido al hombre que ama, sino que tiene que hacerlo frente a la mujer que más le ha hecho daño, su reacción será muy importante para el desarrollo de la historia, pues hasta este momento ha mostrado ser una luchadora.
La noticia de la boda no es solo una traición, es una puñalada directa al corazón, y resulta difícil imaginar que Adriana permanezca de brazos cruzados. Su historia con Rafael ha sido una historia a contrarreloj, pero no una historia definitiva hasta este momento. ¿Puede realmente aceptar que ha perdido, que todo ha terminado, o su sufrimiento la empujará a desenmascarar a Úrsula de una vez por todas?
Entre tanto, hay un factor que podría cambiar las reglas del juego, Adriana no está sola, ha ido ganando aliados inesperados que podrían ayudarle en su lucha. Si decide luchar, no lo hará desde la debilidad, sino desde la inteligencia y una buena estrategia. Para finalizar, su relación con Julio representa otra capa de complejidad.
Él considera que en cuanto ella rompa la dependencia con él se entregará a sus pies, pero Adriana no es una mujer fácil de llevar por la desesperación. Si algo ha demostrado, es que puede transformarse, incluso en las peores circunstancias.
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