En un análisis franco y apremiante sobre la actual guerra entre Ucrania y Rusia, Dmytro Kuleba, el exministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, advirtió sobre las graves consecuencias de una derrota ucraniana. Afirmó que, sin un cambio en el curso actual, Ucrania podría perder la guerra, un resultado que no solo afectaría a su país sino que tendría repercusiones globales.
Kuleba enfatizó la importancia de obtener compromisos militares firmes de Occidente para disuadir a Rusia de hacer nuevos avances y asegurar una inversión significativa para la reconstrucción económica de Ucrania. Con estas medidas, Ucrania no solamente se fortalecería sino que estaría en camino de unirse a la Unión Europea y potencialmente a la OTAN en el futuro, marcando una victoria significativa frente a Rusia. Según un estudio anticipado del Instituto Internacional de Sociología de Kiev, un 64% de los ucranianos respaldaría este escenario, aceptando la reconstrucción económica y la adhesión a la UE y la OTAN para el territorio que aún controla Kiev.
Sin embargo, el camino hacia este resultado es tortuoso, especialmente con líderes como Donald Trump, cuya presencia en la Casa Blanca complicaría la formación de una coalición europea fuerte y decidida a enfrentar a Rusia. La política democrática en Europa no parece estar lo suficientemente alistada para adoptar las medidas audaces requeridas en este sentido.
La alternativa, una victoria rusa, tendría consecuencias devastadoras no solamente para Ucrania, sino para Europa, Estados Unidos y el equilibrio global. Ucrania quedaría dividida, desmoralizada y significativamente despoblada, mientras que Europa enfrentaría un aumento en la guerra híbrida que Rusia ya está llevando a cabo. Los intentos de interferencia electoral son solo un ejemplo de las tácticas disruptivas de Rusia, señalando un posible incremento en la desinformación y la desestabilización por parte de este país.
Además, Vladimir Putin continúa mostrando una confianza y un desdén por la diplomacia que sugieren una escalada en la militarización y un alejamiento de cualquier forma de diálogo pacífico. Esto subraya la necesidad crítica de prepararse para posibles agresiones contra territorios de la OTAN y destaca el estrechamiento de relaciones entre Rusia y otros regímenes autoritarios como China, Corea del Norte e Irán.
Uno de los aspectos más preocupantes de una victoria rusa sería el estímulo a la proliferación nuclear. Recordando que Ucrania renunció a su arsenal nuclear en 1994 a cambio de garantías de seguridad, ahora un 73% de los ucranianos apoyaría restaurar estas armas nucleares, lo que indica una desesperación por la defensa y la seguridad frente a la inacción de Occidente.
Este análisis, originalmente publicado en inglés por Timothy Garton Ash en el European Council on Foreign Relations bajo el título «What if Russia wins in Ukraine? We can already see the shadows of a dark 2025», subraya la urgencia de una acción decidida y unida por parte de Occidente para evitar un futuro sombrío no solo para Ucrania sino para la estabilidad mundial.