En Davos, Trump insta a los países de la OTAN a aumentar su gasto al 5% y solicita a Arabia Saudí una reducción en los precios del petróleo

En un evento que captó la atención global, el Foro Económico Mundial de Davos se convirtió en el escenario de una de las apariciones más anticipadas en la agenda política y económica internacional. A través de una conexión en video desde Washington, Donald Trump, el controvertido expresidente de los Estados Unidos, marcó su primer discurso a nivel internacional desde que dejó el cargo, focalizando su intervención en temas que han sido cruciales durante su administración y mandato.

Durante quince minutos, Trump mantuvo la atención de una audiencia global, abordando asuntos como los aranceles, el gas natural licuado y los procesos regulatorios. Sin embargo, independientemente de la pregunta, el tema recurrente era siempre Ucrania, reflejando la centralidad de este conflicto en sus políticas y en su visión del orden mundial.

El discurso de Trump resonó con su retórica característica. Desde prometer aranceles elevados contra países que introducen productos extranjeros en los Estados Unidos hasta su conocida postura sobre género y un llamado a los países de la OTAN para incrementar su gasto en defensa hasta el 5% del PIB, sus palabras demostraron una continuidad con sus políticas pasadas. A Europa, le lanzó críticas, acusando a la Unión Europea de tratar mal a Estados Unidos. En contraste, su posición hacia China fue menos dura de lo esperado, aunque criticó el déficit comercial que, según él, «dejó la Administración Biden».

Una mención notable fue su disposición para obligar a Arabia Saudí, como líder del cartel OPEP, a reducir el precio del petróleo, una medida que sugirió tendría un impacto directo en el conflicto de Ucrania. Este comentario se produjo pese a un reciente cheque de inversión por parte del príncipe saudí, que aparentemente Trump consideró insuficiente.

Sobre la desregulación financiera, Trump mantuvo su visión de desmantelar políticas ambientales como el Green New Deal, prometiendo una «revolución del sentido común». Reiteró su crítica al acuerdo climático, proyectando su salida como una ventaja económica para Estados Unidos, mientras que el gobierno anfitrión de la próxima cumbre del clima advirtió sobre el desafío político y financiero que esto representa.

Al responder a la última pregunta sobre desregulación financiera, Trump reconoció el conocimiento de su interlocutor sobre el tema pero rápidamente desvió el tema a Ucrania, insistiendo en su intención de reunirse con Putin para poner fin al conflicto, demostrando el peso que el tema tiene en su agenda.

Donald Trump dejó claro en su primera intervención internacional virtual en Davos que, aunque ya no ocupa la Casa Blanca, sigue siendo una figura prominente con una influencia considerable en el discurso político y económico global. Su enfoque en Ucrania, además de sus tradicionales posturas sobre comercio, defensa y políticas climáticas, envía un mensaje fuerte sobre sus prioridades y preocupaciones en este nuevo capítulo de su vida pública.

Scroll al inicio