Las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Quintanar del Rey, en la provincia de Cuenca, han decidido reanudar la huelga esta semana, comenzando este martes, 3 de octubre, y continuando hasta el jueves. La movilización busca poner de relieve las precarias condiciones laborales y salariales a las que se enfrentan diariamente.
A pesar de la huelga que se llevó a cabo el pasado noviembre, así como la entrega de 1.440 firmas de vecinos en apoyo a su causa, el Ayuntamiento de Quintanar del Rey aún no ha convocado una Mesa General de Negociación para abordar la situación de este grupo de trabajadoras. Las reivindicaciones incluyen la aplicación del salario base del convenio colectivo del personal laboral del Consistorio. Actualmente, hay trabajadoras que perciben salarios por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, y muchas de ellas reciben ingresos inferiores a 1.000 euros mensuales.
Además de los problemas salariales, la situación se agrava con la jornada laboral, que se extiende a 37,5 horas semanales, una discrepancia significativa en comparación con otras áreas del Ayuntamiento, donde la jornada es de 35 horas. También se resalta la falta de derechos elementales, como el tiempo estipulado para el desayuno.
Roberto Carlos González, delegado de CSIF Cuenca y presidente del Comité de Empresa del personal laboral del Ayuntamiento, ha denunciado que «son muchos años de condiciones laborales pésimas» y que se está creando una desigualdad evidente. González subraya que estas trabajadoras, mayoritariamente mujeres, están sometidas a condiciones laborales discriminatorias, sin que el Consistorio tome medidas para remediar la situación.
La plantilla del SAD está compuesta por 20 trabajadoras fijas y 10 temporales, quienes brindan servicio a aproximadamente 130 familias en Quintanar del Rey. Este trabajo, aunque esencial, es considerado duro tanto físicamente como psicológicamente, lo que conlleva la preocupación de que, al llegar a la jubilación, las trabajadoras se enfrenten a una prestación que podría ser considerada indignante y precaria.