El centro social de la urbanización Medina Azahara en Chiloeches, Guadalajara, fue el escenario de un sentido acto de condena a la violencia y apoyo a la familia del matrimonio y su hija, víctimas mortales de lo que se presume un asesinato en su domicilio durante el pasado fin de semana. La tarde del lunes reunió a aproximadamente 200 vecinos del área residencial, junto a representantes de las autoridades municipales y regionales para unirse en esta muestra de solidaridad.
Durante el evento, tras un profundo minuto de silencio, los asistentes rompieron en un espontáneo aplauso, remarcando el sentimiento de unidad y repulsa ante el atroz acto que enlutó a la comunidad. Marcos Cascajero, alcalde en funciones de Chiloeches, compartió momentos con los familiares afectados y expresó ante los periodistas la angustia que embarga tanto a los parientes directos como al conjunto del pueblo, que se encuentra profundamente «consternado».
El alcalde resaltó la cohesión que caracteriza a los vecinos de Chiloeches y alrededores, asegurando que la tragedia ha servido para afianzar aún más los lazos comunitarios. El Ayuntamiento ha declarado su pleno apoyo a los deudos, ofreciendo asistencia psicológica y atendiendo cualquier otra necesidad que pudieran tener durante este duro trance. Cascajero insistió en la importancia de que «estamos con ellos porque son momentos muy duros».
La autoridad local manifestó su deseo de que los hechos se esclarezcan a la mayor brevedad y abogó por la erradicación de sucesos similares en el futuro. A pesar del dolor y la conmoción, Cascajero señaló que es necesario continuar adelante, haciendo mención a los próximos festejos en la localidad. Reconociendo el impacto emocional de la tragedia en la antesala de las celebraciones, remarcó la necesidad de seguir adelante, aunque el recuerdo de los «encantadores» vecinos fallecidos perdurará en la memoria del pueblo.