En una reciente emisión del programa vespertino de Telecinco, Fiesta, el conocido psicólogo Rafael Santandreu compartió su experiencia y profesionalismo con la audiencia, proporcionando consejos sobre cómo enfrentar los retos cotidianos. El episodio del sábado 12 de octubre destacó por su enfoque en un tema profundo y complejo: las experiencias cercanas a la muerte y la tanatofobia, un miedo común entre las personas, el temor a morir.
Durante este especial, Santandreu destacó el aumento de casos donde personas han sobrevivido a paradas cardíacas, resaltando los avances tecnológicos que han hecho posible que "millones de personas estén teniendo estas experiencias". El programa, conducido por Emma García, se sumergió aún más en este intrigante tema con el testimonio de Julio Bogeat, un invitado que afirmó haber regresado de la muerte tras una grave infección que lo mantuvo hospitalizado durante nueve meses a la edad de siete años.
En un relato que capturó la atención de todos en el plató, Bogeat narró cómo experimentó un desdoblamiento que le permitió observar su cuerpo desde una perspectiva aérea, como si fuera un espectador ajeno a sí mismo. "Tengo un desdoblamiento y puedo observar mi cuerpo", afirmó, sumergiendo a la audiencia en su vívida experiencia. Describió cómo, en un momento dado, perdió la consciencia a nivel cerebral y cómo, desde una posición elevada, vio al "Julito de antaño".
La historia tomó un giro aún más misterioso cuando Bogeat detalló cómo vio unas escaleras que sintió la necesidad incontenible de ascender, llevándolo a experimentar una sensación de paz indescriptible. Según su testimonio, al final de esta ascensión, una luz intensa pero agradable lo envolvió, permitiéndole ver figuras que identificó como parte de su clan familiar. Este momento culminante fue interrumpido por una figura que identificó como Jesucristo, justo antes de despertar en el hospital, en un punto crítico donde los doctores casi lo declaran muerto.
Este episodio de Fiesta no solo abrió un dialogo sobre las experiencias cercanas a la muerte, sino que también proporcionó un espacio para que personas como Julio compartan sus increíbles testimonios, ofreciendo una ventana a lo desconocido. Emma García, visiblemente impactada por el relato, reconoció el valor de compartir estas historias, que no solo enriquecen el conocimiento colectivo sobre estos fenómenos, sino que también ofrecen consuelo y comprensión a aquellos que han vivido experiencias similares o que enfrentan sus propios miedos a la muerte.