Emma García enfrenta sin titubeos las sorprendentes revelaciones de Aurelio Manzano en ‘Fiesta’

En un reciente giro en el mundo del corazón, Carlo Costanzia se convirtió en protagonista de una polémica discusión al defender a sus hijos Pietro y Roco Costanzia durante su aparición en el programa ¡De viernes! el pasado 31 de mayo. Los hermanos, quienes actualmente se encuentran en prisión provisional por un intento de asesinato, fueron objeto de fuertes críticas por parte de Alessandro Lequio, un conocido colaborador televisivo y ex de Mar Flores, la madre de los jóvenes.

Costanzia no dudó en enfrentarse a Lequio, recordando algunos de los capítulos más oscuros del pasado del conde, incluyendo señalamientos por malos tratos y violencia hacia mujeres. Este enardecido intercambio culminó con la intervención de la presentadora Beatriz Archidona, quien abruptamente interrumpió al invitado.

El entredicho captó la atención no solo de los presentes en el plató sino de la audiencia televisiva y de otros programas del corazón, como Fiesta que, el 2 de junio, sacó a la luz detalles inesperados sobre la visita de Costanzia a España y su relación con la esfera mediática local. Sorprendentemente, se reveló que padre e hijo no se encontraron durante el viaje, alimentando el debate y la especulación entre el público y los medios.

Aurelio Manzano, informando en directo para Fiesta, añadió combustible al fuego al comentar sobre la desaprobación de Carlo Costanzia hacia la familia Campos, específicamente Terelu Campos y Carmen Borrego. Según el periodista, Costanzia les restaba importancia y valor profesional en comparación con María Teresa Campos, a quien sí respetaba. Esta afirmación provocó una reacción inmediata en el plató, con la presentadora Emma García calificando la postura de Costanzia como «una tontería como una casa» y «una gilipollez».

La contundente respuesta de García refleja el ánimo que prevalece en gran parte del público y entre los profesionales de la televisión, quienes ven en estas declaraciones una innecesaria elevación del drama y un desgaste de las relaciones personales frente a las cámaras. Este episodio añade un nuevo capítulo a la saga de controversias que rodean a Carlo Costanzia y su familia, demostrando una vez más cómo la vida privada de las celebridades se convierte en espectáculo público.

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