Cada 23 de abril, el mundo celebra el Día Internacional del Libro, una fecha que promueve la importancia de la lectura y el valor de los libros en la vida de las personas. En Castilla-La Mancha, esta ocasión cobra especial relevancia, dado el énfasis que esta región pone en fomentar la lectura y la literatura.
La lectura se presenta como una actividad transformadora, capaz de modificar nuestra forma de pensar, sentir y relacionarnos con el mundo. A través de los libros, las personas pueden explorar nuevas realidades, lo que les permite desarrollar empatía y comprensión hacia culturas y épocas diversas. Este fenómeno radica en la capacidad de la lectura para estimular múltiples áreas del cerebro, abriendo la puerta a la imaginación y a la creatividad, herramientas esenciales para el desarrollo personal y social.
En este contexto, el escritor Pablo Albo ha ofrecido una perspectiva singular sobre el acto de leer, describiendo los libros como “una mirilla maravillosa” que permite observar no solo las vidas de otros, sino también profundizar en el propio ser. Esta concepción resalta la idea de que cada obra literaria es una ventana hacia experiencias ajenas que enriquecen al lector.
El Día del Libro no solo es una celebración de los textos, sino un reconocimiento a todos aquellos que contribuyen a la difusión del conocimiento a través de la literatura. Escritores, editores, libreros y bibliotecarios desempeñan un papel crucial en la promoción de la lectura, así como también lo hacen los educadores y las familias, quienes incentivan desde la infancia el amor por los libros.
La celebración de este día se convierte en una afirmación de que la lectura no es una simple actividad, sino una forma de vivir más plenamente, una invitación a descubrir nuevos mundos y a enriquecer la existencia a través de las historias. En esta fecha simbólica, se hace un llamado a valorar y disfrutar de las letras, un recordatorio de que la literatura es un bien común que merece ser cultivado y compartido.
