El ciclón Boris ha desatado una situación de emergencia en el noreste de Italia, concretamente en la región de Emilia Romaña, tras provocar graves inundaciones por el desbordamiento de varios ríos. Durante la noche, se ha informado que más de 1.000 personas han sido evacuadas a causa de este fenómeno, lo que ha llevado a las autoridades a mantener los colegios cerrados indefinidamente.
Ante la creciente amenaza, la alerta en toda la región evolucionó rápidamente de naranja a roja, afectada por intensas lluvias durante toda la noche. Especificamente en la zona de Rávena, alrededor de 800 personas han sido evacuadas, mientras que en Bolonia, 165 personas han tenido que buscar refugio en centros de acogida habilitados por los municipios locales.
Los llamados a la precaución han sido constantes, con alcaldes y administradores locales utilizando todos los medios disponibles, desde altavoces en las calles hasta publicaciones en redes sociales, para instar a los residentes a permanecer en los pisos superiores de sus edificaciones y así evitar el peligro de las crecientes.
En las cuatro provincias afectadas por la alerta roja –Bolonia, Forlì-Cesena, Rímini y Rávena– las escuelas no abrirán este jueves y se ha sugerido a las empresas facilitar a los trabajadores la posibilidad de quedarse en casa. La situación es crítica en ciudades como Castel Bolognese (Rávena), donde el río Serio se ha desbordado alcanzando el centro de la ciudad. Asimismo, en Faenza, los ríos Marzeno y Lamone han inundado las calles tras sobrepasar sus cauces.
El alcalde de Faenza, Massimo Isola, ha detallado que la agresividad del río Marzeno ha provocado inundaciones en el barrio de Via Cimatti, dejándolo bajo un metro y medio de agua y forzando la evacuación de varias familias. Unas cien personas pasaron la noche en un pabellón deportivo adaptado por la Cruz Roja, mientras que otras fueron rescatadas en bote durante la noche.
La gravedad de la situación ha llevado a comparaciones con catástrofes previas, declarando el alcalde de Modigliana (Forlì-Cesena), Jader Dardi, que los efectos del ciclón Boris son incluso más severos que los de eventos anteriores. La rápida subida de las aguas ha resultado en evacuaciones urgentes, destacando la fragilidad de la región ante fenómenos extremos.
Rávena también enfrenta desafíos críticos tras la ruptura del dique del Senio en Cotignola, amenazando a la localidad de Lugo y forzando medidas preventivas extremas en la población. Además, las intensas lluvias e inundaciones han trastocado los servicios de ferrocarril, con suspensiones en varias rutas clave para evitar riesgos mayores.
Este desastre natural pone de relieve la vulnerabilidad de ciertas regiones a eventos climáticos extremos, subrayando la importancia de la preparación y respuesta eficaz ante emergencias. Mientras tanto, las comunidades afectadas se unen para enfrentar las consecuencias del ciclón Boris, en un esfuerzo colectivo por superar este difícil momento.