La Pontificia Comisión para la Protección de Menores del Vaticano ha iniciado una consulta a nivel mundial con el objetivo de actualizar las normativas locales para prevenir los abusos sexuales en la Iglesia católica y fortalecer los esfuerzos para crear un entorno seguro para los niños y las personas vulnerables.
La encuesta se enviará a todas las conferencias episcopales del mundo, así como a los superiores de congregaciones religiosas y sociedades de vida apostólica. Además, se ha habilitado un período de comentarios públicos en el sitio web de la Comisión: https://www.tutelaminorum.org/universal-guidelines-framework/.
Se aceptarán contribuciones hasta finales de septiembre de 2023 y se utilizarán para «definir los procedimientos de protección que deben implementarse en todas las Iglesias locales del mundo», según ha anunciado el organismo.
Está previsto que en octubre de 2023 el Vaticano publique un primer borrador del Informe Anual sobre Políticas y Procedimientos de Salvaguardia, el cual incluirá el progreso en la renovación de las directrices para la protección de las personas ante los abusos, así como el desarrollo de la capacidad en toda la Iglesia para prevenir estos casos. Un año después, en octubre de 2024, se publicará el primer Informe Anual completo, que contendrá información detallada de toda la Iglesia.
El objetivo de estos principios es promover la protección contra los abusos en la Iglesia, siguiendo las buenas prácticas existentes en materia de salvaguardia. Se hace hincapié en brindar atención a las personas afectadas por abusos y tratar adecuadamente los casos de abuso.
La encuesta está disponible en cuatro idiomas y se acompaña de una serie de preguntas frecuentes. Las respuestas serán revisadas, comparadas e incorporadas en un documento final, que será evaluado y aprobado por la Pontificia Comisión para la Protección de Menores del Vaticano a finales de 2023.
Posteriormente, el Vaticano las distribuirá definitivamente a todas las Iglesias locales del mundo, solicitándoles que actualicen sus directrices de salvaguardia actuales y las sometan a la revisión del Vaticano.