El Vacío de la Crisis Habitacional: Cómo la Ultraderecha se Beneficia de la Inacción Política

En un contexto donde el problema de la vivienda escala a ser la principal preocupación de los electores en varios países de Europa, figuras y partidos de extrema derecha han encontrado un filón para movilizar el voto. En los Países Bajos, este fenómeno quedó demostrado cuando Geert Wilders, al frente del Partido de la Libertad (PVV), apuntó contra solicitantes de asilo, estudiantes extranjeros y las leyes medioambientales como los responsables del déficit habitacional, una estrategia que, a pesar de las críticas, culminó en su victoria electoral.

La estrategia no es exclusiva de los Países Bajos. En Portugal, el partido Chega usó el alto precio de los alquileres como arma contra el gobierno, consiguiendo un notable incremento en el número de escaños. Similar preocupación tiene lugar en Irlanda, donde la extrema derecha gana terreno a medida que la crisis de la vivienda se agrava, cuadriplicando la cifra de personas sin hogar en la última década.

La ONU ha puesto el foco en esta crisis, no solo cómo afecta a las capas más vulnerables de la sociedad sino también a la clase media, convirtiéndose en lo que algunos consideran el gran reto social del siglo XXI. Los partidos de extrema derecha saben explotar las brechas sociales que surgen de la falta de inversión y una planificación gubernamental inadecuada, encontrando un chivo expiatorio en “los de afuera”.

Desde 2015, el precio promedio de la vivienda en la Unión Europea ha subido un 48.4%, en contraste con un modesto crecimiento salarial del 19%. Esta situación afecta especialmente a los jóvenes, con un cuarto viviendo en condiciones de hacinamiento y largas esperas por viviendas de protección oficial.

La correlación entre la crisis habitacional y el ascenso de la ultraderecha se refuerza con estudios académicos. Investigaciones en Alemania y Austria demuestran cómo ciertas políticas de vivienda o percepciones sobre la inmigración pueden incrementar el respaldo a partidos ultraderechistas.

A pesar de criticar la situación, muchos de estos partidos carecen de propuestas concretas para abordar el problema de raíz. En Grecia, por ejemplo, aunque el partido Solución Griega capitaliza el descontento provocado por la crisis, no propone medidas específicas para resolverla, un patrón que se repite en otros países donde la ultraderecha propone soluciones superficiales o directamente se enfoca en alimentar la indignación contra inmigrantes y refugiados.

Este panorama subraya una compleja relación entre crisis habitacional y política, donde la falta de soluciones efectivas y la búsqueda de culpables fuera del sistema perpetúa el ciclo de descontento y polarización.

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