El uso de mascarillas en centros sanitarios asistenciales en Castilla-La Mancha deja de ser obligatorio
El Diario Oficial de Castilla-La Mancha ha publicado hoy la Resolución de la Secretaría General de Sanidad, en la que se determina el cambio de situación de obligatoriedad del uso de mascarillas en centros sanitarios asistenciales (hospitales y Atención Primaria) a una situación de recomendación de uso.
Esto se da en cumplimiento a la Orden comunicada de la Ministra de Sanidad, de 10 de enero de 2024, que aprobó actuaciones coordinadas en salud pública. Según lo establecido en el artículo 65.2 de la Ley 16/2003, la declaración de actuaciones coordinadas, aprobada por el Ministerio de Sanidad, es de obligado cumplimiento por todas las partes incluidas.
En el Anexo I de la citada Orden comunicada, se establece que las comunidades autónomas que presenten datos de descenso de la Incidencia Acumulada de Infecciones Respiratorias Agudas durante dos semanas consecutivas podrán pasar, si así lo consideran adecuado, de la obligatoriedad del uso de mascarillas en centros sanitarios a una situación de recomendación de uso.
El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha determinó ayer el pase de la situación de obligatoriedad del uso de mascarillas en centros sanitarios asistenciales a una situación de recomendación de uso, debido a los datos de descenso de la Incidencia Acumulada de Infecciones Respiratorias Agudas durante dos semanas consecutivas.
Esta decisión se ha tomado en cumplimiento de la Orden comunicada de la Ministra de Sanidad, y es una medida que busca adaptarse a la evolución de la situación epidemiológica en la región.
Es importante recordar que, a pesar de la recomendación de uso, la Secretaría General de Sanidad ha dejado claro que las comunidades autónomas que quieran mantener la obligatoriedad del uso de mascarillas en centros sanitarios podrán hacerlo durante la vigencia de la Declaración de Actuaciones Coordinadas, si así lo consideran necesario tras analizar sus propios datos.
De esta manera, se busca garantizar la seguridad tanto de los profesionales de la salud como de los pacientes, tomando en cuenta la evolución de la situación epidemiológica en cada región.
