En un mundo donde cada rincón parece haber sido explorado y compartido en las redes sociales, es raro encontrar destinos que generen reacciones mixtas entre los viajeros. Sin embargo, el tiktoker británico Kieran Brown, con un historial de viajes que abarca más de 100 naciones, ha destacado recientemente a Tayikistán, una nación predominantemente montañosa en Asia Central, como su destino menos preferido.
Brown, conocido por sus videos de viajes y aventuras a lo largo y ancho del planeta, no escatimó en críticas hacia Tayikistán, expresando su decepción con frases duras dirigidas especialmente hacia su capital, Dusambé, a la que describió como «un lugar sin alma». La crítica no se limitó solo a la estética o la atmósfera de la ciudad, sino que abarcó varios aspectos de la vida en el país.
Tayikistán, con su historia marcada por conflictos y un presente bajo el gobierno del dictador Emomali Rahmon, posee una geografía que deslumbra a primera vista, con más del 90% de su territorio cubierto por montañas. Sin embargo, según relata Brown, las bellezas naturales no compensaron las dificultades que enfrentó durante su estadía, como carreteras en mal estado y la falta de conectividad móvil en amplias zonas del país.
El influenciador británico detalló su experiencia tras cruzar la frontera desde Afganistán esperanzado en encontrar un destino que capturara su imaginación. En cambio, se encontró con un país que describió como monótono y desolado fuera de la capital, Dusambé. La dieta local, basada principalmente en sopa, tampoco contribuyó a una experiencia satisfactoria para Brown, quien admitió que sus preferencias personales podrían influir en esta percepción.
La estancia de Brown en Tayikistán estuvo plagada de situaciones complicadas, incluyendo un incidente en el que tuvo que recurrir al soborno para poder abandonar el país. Además, después de su partida, enfrentó acusaciones por correo electrónico sobre supuestas violaciones a la duración de su visado, las cuales él niega rotundamente.
A pesar de los desafíos y la negativa impresión que Tayikistán dejó en él, Brown se mantiene abierto a la posibilidad de que una futura visita pueda ofrecerle una experiencia diferente, aunque por ahora no tiene intenciones de regresar. Este viaje a Tayikistán destacó de manera inusual en su recorrido por el mundo, siendo la primera vez que decidió abandonar un destino antes de lo previsto, tras solo seis días.
Su experiencia arroja luz sobre un país con una rica herencia cultural y un paisaje impresionante pero que enfrenta obstáculos significativos en términos de infraestructura turística y libertades civiles. Tayikistán, a pesar de su potencial, sigue siendo un desafío para los visitantes que buscan explorar más allá de lo convencional, sugiriendo que aún queda mucho trabajo por hacer para que pueda ser considerado un destino amigable y accesible para todos los viajeros.