El Museo del Louvre, uno de los templos del arte más reconocidos a nivel mundial, fue escenario de un espectacular robo que ha dejado atónito a Francia y a los amantes de la cultura. En horas previas a su apertura, un grupo de delincuentes logró ingresar al museo a través de una ventana del piso superior, utilizando un montacargas para acceder a las salas que albergaban joyas históricas. Las autoridades parisinas, que han decidido cerrar el museo temporalmente, ya han iniciado una investigación seria, con la Fiscalía abriendo un expediente por robo.
Los asaltantes, encapuchados y bien organizados, se llevaron piezas invaluables que pertenecieron a figuras históricas, como una tiara, un collar y un par de pendientes de las reinas María Amelia y Hortensia, además de un broche relicario de la emperatriz Eugenia. En el transcurso de la investigación se encontró la corona de esta última en sus alrededores, aunque con daños visibles. Expertos advierten sobre el alto riesgo de que los ladrones desmonten las joyas para vender los metales en el mercado negro, lo que complicaría aún más su recuperación.
El jefe de la Sección de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil ha señalado que, aunque resulta difícil vender objetos de tal valor hoy en día, el posible apoyo de un cómplice interno no se descarta. La seguridad del Louvre, un lugar de tanto renombre, se ha visto comprometida, lo que lleva a muchos a cuestionar cómo un grupo pudo operar con tanta facilidad y qué medidas se implementarán para prevenir futuros incidentes.
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