En una decisión histórica, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha bloqueado el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros por parte de la Administración Trump, una medida que pretendía acelerar la deportación de migrantes venezolanos supuestamente vinculados a redes criminales. Este fallo representa un revés significativo para las políticas migratorias impulsadas por el expresidente Donald Trump.
La corte, por medio de su veredicto, ha destacado la necesidad de otorgar a los migrantes un margen de tiempo más amplio para presentar su defensa ante los avisos de expulsión, los cuales, hasta ahora, se emitían apenas 24 horas antes de proceder con la deportación. Esto, según informaciones de NBC News, supone un cambio significativo en el trato a los migrantes, proporcionando una oportunidad más justa para que estas personas disputen su expulsión.
Además, los jueces han decidido remitir el caso de vuelta a la Quinta Corte de Apelaciones del Circuito de Estados Unidos, en Nueva Orleans, para una revisión más profunda. Esta medida deja en claro que aún hay aspectos cruciales por resolver, pero pone de manifiesto la importancia de asegurar un proceso justo para todos los migrantes.
Este dictamen del Tribunal Supremo no aborda directamente la corrección en el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros, una legislación del siglo XVIII, sino que hace hincapié en la necesidad de que los migrantes dispongan de más recursos e información para afrontar sus procesos de expulsión. La resolución ha visto la oposición de los jueces conservadores Clarence Thomas y Samuel Alito, lo que refleja la división en opiniones dentro del propio tribunal.
La Administración Trump ha recurrido a esta ley en varias ocasiones para expulsar rápidamente a migrantes identificados como miembros de la organización criminal Tren de Aragua, sin tomar en cuenta su estatus migratorio y, en ocasiones, sin seguir el protocolo adecuado para la deportación. Esto ha sido severamente criticado por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, quienes denuncian la falta de un proceso justo y transparente.
Es importante recordar que la Ley de Enemigos Extranjeros ha sido utilizada muy pocas veces en la historia de Estados Unidos, siendo uno de los casos más notorios su invocación durante la Segunda Guerra Mundial para confinar a civiles estadounidenses de origen japonés en campos de internamiento.
Aunque la batalla legal aún no ha concluido y es probable que el gobierno de Trump busque maneras de revertir este fallo, la decisión del Tribunal Supremo constituye un hito en la protección de los derechos de los migrantes, asegurando un proceso más equitativo y justo para todos aquellos que enfrentan la posibilidad de ser deportados.