El equipo Rebi Cuenca acaba de hacer historia en el balonmano de Torrelavega al proclamarse subcampeón de la Liga Asobal en un partido marcado por la emoción y el ambiente festivo en las gradas. Los conquenses, apoyados por una treintena de seguidores que les han acompañado en su trayectoria desde categorías inferiores, han conseguido la segunda posición del podio ante un rival que ha puesto todo su empeño por arrebatarles el triunfo.
La Fan Zone y la música en directo han inaugurado un espectáculo que ha sobrecogido a los asistentes desde los compases iniciales. Los incondicionales del Rebi Cuenca han vestido las gradas de naranja y han disfrutado de una velada en la que los aplausos han sido el eco de un respeto mutuo entre los equipos. La humedad y el calor han completado la ecuación de un enfrentamiento en el que el sudor ha sido el común denominador de jugadores y fanáticos.
En el terreno deportivo, el Rebi Cuenca ha dejado constancia de su superioridad defensiva en la primera mitad del partido. Con el portero Ben Tekaya a la cabeza, el equipo dirigido por Lidio Jiménez ha logrado una ventaja de cuatro goles sobre su oponente. En la segunda parte, la calidad de Pablo Simonet ha permitido a los conquenses ampliar la ventaja hasta los siete goles. El Torrelavega no se ha dado por vencido en ningún momento y ha luchado con todo su ímpetu por acortar distancias, pero finalmente los jugadores del Rebi Cuenca han resistido el embate del rival para hacerse merecedores del subcampeonato del torneo.
La pasión ha sido el ingrediente desatado en el momento en que el árbitro ha pitado el final del partido. La alegría desbordada de los jugadores, encabezada por un emocionado Pablo Simonet, se ha fundido con la alegría de los aficionados que han invadido la pista para abrazar a sus ídolos. Entre los momentos más emotivos, la despedida manteada por sus compañeros del capitán Nacho Moya, que se retira tras coronarse en uno de los mayores logros del balonmano de Cuenca.
El técnico Lidio Jiménez ha resaltado que este triunfo es de toda la plantilla, que ha trabajado con ahínco para conseguir un éxito que ha trascendido a nivel nacional. El Rebi Cuenca ha demostrado una vez más que la constancia y el sacrificio son las claves para alcanzar la cima en el deporte. Torrelavega ha sido testigo de una noche inolvidable para el balonmano español.
