El Día de Europa se celebra cada 9 de mayo, conmemorando el llamado «Día de la Declaración Schuman», un momento clave en la historia del continente. Esta fecha marca el inicio de un proyecto de paz y unidad que ha evolucionado hasta convertirse en la Unión Europea tal como se conoce hoy.
Sin embargo, más allá de las festividades y los eventos oficiales, surge una reflexión sobre la necesidad de visibilizar temas que, a menudo, parecen quedar en segundo plano. La frase popular «lo que no se nombra no existe» cobra una relevancia especial en esta ocasión, invitando a una introspección acerca de los asuntos que merecen atención para asegurar una verdadera cohesión social.
El Día de Europa presenta una oportunidad para resaltar tanto los logros conseguidos como los desafíos aún pendientes. En la actualidad, cuestiones como la diversidad cultural, la integración económica y las políticas medioambientales demandan ser parte del diálogo público con más intensidad. Estos temas, fundamentales para el bienestar común, requieren ser priorizados en la agenda europea para evitar que caigan en el olvido.
En el contexto de este día, se sugiere que no solo se celebren avances como la paz duradera en el continente, sino que también se dé espacio a la discusión de los retos que enfrenta Europa en el siglo XXI. Transformar discursos en acciones concretas es esencial para que todos los ciudadanos europeos se sientan representados y parte integral del proyecto común.
Afianzar un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida es fundamental para el futuro de Europa, y el Día de Europa es una ocasión propicia para recordarlo. Así, lo que se nombra, se reconoce y, en última instancia, existe.
Fuente: CCOO Castilla-La Mancha
