El Servicio Secreto de EE.UU. Niega Haber Reducido la Seguridad de Donald Trump

En los últimos años, el equipo de seguridad del expresidente Donald Trump enfrentó repetidas negativas a sus solicitudes de refuerzos y mejoras en su protección por parte de varios altos funcionarios del Servicio Secreto de Estados Unidos. Esta información, recientemente publicada por prestigiosos medios como el Washington Post y el New York Times, destapa la creciente preocupación por la seguridad del expresidente en la antesala de un atentado que casi le cuesta la vida.

Fuentes cercanas revelaron que, a pesar de las crecientes peticiones de magnetómetros, un mayor número de agentes para inspeccionar a los asistentes a los grandes eventos, así como la solicitud de más francotiradores y recursos especializados, el Servicio Secreto constantemente negó estas solicitudes alegando una variedad de razones, incluyendo la limitación de recursos disponibles. Esta situación de desatención a las demandas de seguridad ha suscitado un amplio debate, específicamente ahora que se ha hecho evidente que el nivel de amenaza era significativamente alto.

El portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, confirmó que la agencia está revisando su documentación luego de obtener nueva información que indica que algunas solicitudes efectivamente pudieron haber sido injustamente denegadas. Guglielmi enfatizó la importancia de trabajar en un ambiente de amenazas dinámico para asegurar que los protegidos estén seguros, indicando un enfoque de la agencia basado en la estrategia integral y por niveles que equilibra el personal, la tecnología y las necesidades operativas especializadas.

El intento de asesinato que tuvo lugar durante un mitin en Butler, Pensilvania, demostró ser un grave llamado de atención. Un joven de 20 años disparó a Trump con un rifle de asalto desde aproximadamente 150 metros de distancia, donde una bala pasó a tan solo seis milímetros de la cabeza del expresidente, dejándolo con una herida en la oreja. El atacante fue neutralizado inmediatamente después de abrir fuego, pero el incidente dejó una persona muerta y varias heridas.

Ante las acusaciones de que el Servicio Secreto pudo haber negligido peticiones cruciales de refuerzos de seguridad, Guglielmi respondió que la idea de que se ignoraron las solicitudes de recursos adicionales de seguridad es «absolutamente falsa». Sin embargo, este incidente ha puesto en duda la eficacia de los protocolos de seguridad vigentes y ha aumentado el escrutinio público hacia el Servicio Secreto.

En respuesta a la creciente preocupación y las críticas recibidas, la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, está programada para comparecer ante el Congreso el próximo lunes para abordar las inquietudes de los legisladores sobre las circunstancias que rodearon el fallido atentado.

Este escenario de deficiencias en la seguridad de un expresidente ha generado alarmas sobre la necesidad de revisar y fortalecer los protocolos de protección para garantizar la integridad física de las figuras públicas bajo amenaza, evitando así que incidentes de esta magnitud se repitan en el futuro.

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