El Senado de Estados Unidos ha dado un paso significativo hacia la reactivación del gobierno federal al aprobar una votación crítica que permitirá desbloquear fondos. Después de 40 días de cierre, la Cámara Alta alcanzó el umbral de 60 votos necesarios para un acuerdo que financiará las agencias federales y reanudará los salarios de más de 650,000 empleados públicos que llevan un mes sin cobrar. El acuerdo extiende el presupuesto hasta el 30 de enero, aunque todavía necesita la aprobación de la Cámara de Representantes.
Durante las negociaciones, una ruptura en la disciplina de voto entre algunos senadores demócratas y el independiente Angus King facilitó el avance de esta medida. Aunque muchos demócratas expresaron su descontento con el acuerdo, argumentando que la dirección del mismo no atiende las crisis más urgentes, otros adoptaron una postura más pragmática, señalando que la alternativa habría sido aún más dañina. A pesar de las divisiones internas, la urgencia de garantizar servicios esenciales, como los cupones de alimentos, fue un factor clave en la decisión.
Este cierre, el más prolongado en la historia del país, no solo ha afectado a los empleados públicos, sino que también ha interrumpido importantes servicios gubernamentales, generando un impacto directo en la vida cotidiana de millones de estadounidenses. A medida que la crisis perdura, muchos trabajadores se han visto obligados a acudir a bancos de alimentos o solicitar préstamos, mientras los analistas alertan sobre los posibles daños a largo plazo en el crecimiento económico del país.
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