Las recientes precipitaciones han transformado el paisaje de la comarca de Alcázar de San Juan, trayendo una renovada corriente al río Cigüela, conocido también como Gigüela. Tras un período de escasas lluvias, el afluente del Guadiana muestra ahora su faceta más vivaz, ofreciendo estampas naturales dignas de admiración en su travesía por localidades como Villafranca de los Caballeros (Toledo), Alcázar de San Juan, Herencia, y Villarta de San Juan.
El Cigüela, que tiene su origen en las altitudes de Cabrejas en la provincia de Cuenca, inicia su curso a 1.080 metros sobre el nivel del mar, cerca del puerto de Cabrejas, y no muy lejos del manantial del río Júcar. Este curso fluvial es crucial para la cuenca del Guadiana, marcando su presencia en la geografía y el ecosistema de la región.
La ruta del río, que atraviesa las tierras toledanas de Villanueva de Alcardete y La Puebla de Almoradiel antes de ingresar en Ciudad Real por Alcázar de San Juan y otros municipios, desempeña un papel significativo en la alimentación de los humedales de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real). Junto al río Záncara, el Cigüela aporta a este paraje natural, ubicado entre Villarrubia de los Ojos y Daimiel, y se une al Guadiana en un punto convergente de aguas e historias.
La recuperación del caudal del río es motivo de celebración para los municipios por donde fluye, incluyendo Herencia, donde la comunidad local aprecia este regalo de la naturaleza que realza la biodiversidad y la belleza del entorno. Los ciudadanos y visitantes son testigos de cómo, una vez más, el río Cigüela cobra protagonismo, contribuyendo al patrimonio natural y cultural de Castilla-La Mancha y remarcando la importancia de la preservación de nuestros recursos hídricos.
Foto: Alfonso Aviles en grupo de FB de Herencia
