El Rey Emérito Crea una Fundación para Repartir la Herencia

Don Juan Carlos establece una fundación junto a sus hijas en Emiratos Árabes Unidos para facilitar la gestión de su patrimonio

El Rey emérito, Don Juan Carlos, ha creado una fundación en Abu Dhabi junto a sus hijas, las infantas Elena y Cristina. El objetivo de esta entidad es, por un lado, promover los casi cuarenta años de reinado de Don Juan Carlos mediante actividades educativas y culturales, y por otro, facilitar la transferencia de su herencia a sus hijas.

La residencia de Don Juan Carlos en Abu Dhabi desde agosto de 2020 ha favorecido la creación de esta fundación, que cuenta con la colaboración de un abogado español. Elena y Cristina forman parte del patronato de la fundación, lo que les otorga un papel clave en la gestión del patrimonio familiar. La legislación de Emiratos ofrece ventajas significativas, como la posibilidad de mantener en secreto la titularidad de los bienes y las normas de funcionamiento, algo que facilita la sucesión del patrimonio tras el fallecimiento del emérito sin necesidad de hacer pública la identidad de los herederos.

Felipe VI y la Princesa Leonor renunciaron a la herencia del Rey emérito

Es importante recordar que, en abril de 2019, el Rey Felipe VI y la Princesa Leonor renunciaron a cualquier herencia que pudieran recibir de Don Juan Carlos. Esta decisión no se hizo pública hasta marzo de 2020, cuando la Casa Real emitió un comunicado aclarando la desvinculación de Felipe VI de dos fundaciones relacionadas con su padre. Una de ellas es la Fundación Lucum, creada en 2008, que recibió una donación de 100 millones de dólares de Arabia Saudí y cuyos fondos permanecieron en una cuenta en Suiza.

Ventajas fiscales y discreción en la gestión de la herencia

La fundación creada en Abu Dhabi permite que el Rey emérito aproveche la nula fiscalidad de este tipo de entidades en Emiratos Árabes Unidos, lo que resulta atractivo para la centralización de su fortuna. Este marco legal también ofrece un alto nivel de discreción, permitiendo que los herederos controlen el patrimonio sin necesidad de hacer pública su identidad o el funcionamiento interno de la fundación. Este tipo de estructuras son frecuentes en jurisdicciones con legislaciones favorables a la protección de grandes patrimonios.

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