El Día Internacional del Orgullo LGTBI es una fecha importante para recordar la lucha por los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales. Sin embargo, a pesar de los avances conseguidos a lo largo de los años, todavía existen barreras y controversias que obstaculizan la plena igualdad y visibilidad de este colectivo.
En España, la primera manifestación en favor de la libertad de orientación sexual tuvo lugar en 1977, pero no fue hasta principios del siglo XXI que el activismo LGTBI empezó a tener un mayor apoyo social. Sin embargo, en regiones con menor densidad de población, como Castilla-La Mancha, la visibilidad y la aceptación han tardado más en llegar.
Durante años, las personas LGTBI en esta región han enfrentado dificultades para encontrar apoyo y referentes, teniendo que emigrar a grandes ciudades para poder vivir sin miedo. La falta de políticas públicas en materia LGTBI durante el mandato de Cospedal generó frustración y retraso en la consecución de derechos para este colectivo.
Fue a partir de 2015, con la llegada de Emiliano García-Page, que se comenzaron a implementar políticas y normativas favorables a la diversidad sexual en Castilla-La Mancha. Sin embargo, tras las elecciones municipales de 2023, se han puesto en duda estos avances con la eliminación de políticas de igualdad y diversidad en algunos gobiernos locales y provinciales.
La importancia de la visibilidad y el empoderamiento del colectivo LGTBI se ve reflejada en gestos simbólicos, como la exhibición de la bandera arcoíris en instituciones públicas. Este gesto representa el apoyo y la solidaridad hacia las personas LGTBI y es fundamental para seguir avanzando en la consecución de derechos y la lucha contra la discriminación.
Es preocupante ver cómo algunos partidos políticos, como el Partido Popular y Vox, intentan desvirtuar el significado del Orgullo LGTBI y boicotear los avances conseguidos. Sin embargo, desde el PSOE de Castilla-La Mancha se reafirma el compromiso con la visibilización y dignidad de las personas LGTBI, apoyando sus reivindicaciones y necesidades.
En definitiva, la lucha por la igualdad y la diversidad sexual es responsabilidad de todos y todas. Es necesario seguir trabajando juntos para construir una sociedad más inclusiva y respetuosa con la diversidad, donde todas las personas puedan vivir libres de discriminación y con orgullo de su identidad.
