En las últimas semanas, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se ha visto envuelto en una serie de casos de acoso y comportamientos machistas, algunos de ellos protagonizados por sus dirigentes. Esta situación ha puesto de manifiesto importantes deficiencias en la gestión interna de denuncias dentro del partido. En este contexto, Sonsoles Rico, secretaria regional de Igualdad del PSOE de Castilla-La Mancha, ha acudido al Consejo Federal de Igualdad con una posición clara de preocupación, exigencia y firmeza.
La falta de diligencia, transparencia y protección en la tramitación de ciertos expedientes, como el caso Salazar, que estuvo paralizado durante meses, ha provocado un daño político y ético significativo para el partido. Este daño no puede ser minimizado ni considerado como un simple error menor. En la reunión del Consejo, Rico ha enfatizado su disposición para escuchar y discutir las propuestas presentadas. Sin embargo, ha sido enfática al señalar que medidas meramente cosméticas o respuestas superficiales no serán suficientes. En este sentido, no bastan con gestos formales o declaraciones generales de compromiso; se requieren acciones concretas y sustanciales.
Rico ha dejado claro que exigirá explicaciones detalladas, la depuración de responsabilidades por los errores cometidos, y la implementación de medidas estructurales, eficaces y verificables. Estas medidas deben garantizar que ninguna denuncia quede sin gestionar, sin protección o sin el debido acompañamiento.
El PSOE debe posicionarse como un espacio seguro para las mujeres y debe ser un referente feminista, no solo a nivel discursivo, sino también en su funcionamiento interno. La coherencia entre el discurso y la acción no es solo un imperativo político, sino también una obligación ética ineludible. La secretaria regional de Igualdad ha subrayado la importancia de este compromiso, insistiendo en que el partido debe honrar su responsabilidad de proteger sus valores fundamentales y asegurar que sus acciones reflejen sus principios declarados.
