El presidente García-Page cree que Cuenca puede revertir la despoblación en una década

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha celebrado el aumento de población que ha experimentado la provincia de Cuenca en 2023, con dos mil habitantes más. Según el mandatario, este incremento demográfico es una señal de que la región va por buen camino en su lucha contra la despoblación.

Durante la inauguración de la nueva Escuela Infantil para niños de 0 a 3 años en Cardenete, García-Page destacó que este crecimiento poblacional está vinculado a las políticas públicas, los impuestos y los servicios públicos, como la mencionada escuela. En este sentido, el presidente regional abogó por mantener estas políticas en el tiempo para seguir revirtiendo la tendencia de despoblación en la región.

El mandatario expresó su optimismo al afirmar que, si se continúa por este camino, las zonas con problemas de despoblación en la región podrían corregir esta tendencia en un plazo de diez años. A pesar de que pueda parecer un período largo, García-Page subrayó la importancia de sostener un enfoque a largo plazo, dado que se trata de una cuestión que abarca aspectos sociales, económicos y culturales.

La Escuela Infantil de Cardenete, que representó una inversión de 140.000 euros por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, se encuentra en el CRA ‘Miguel de Cervantes’ de la localidad y cuenta con 17 plazas. Con esta infraestructura, el Gobierno regional ha inaugurado un total de 43 escuelas para niños de 0 a 3 años, 15 de las cuales se ubican en la provincia de Cuenca. El objetivo de estas instalaciones es mejorar la atención educativa en el medio rural y favorecer la conciliación de las familias.

El presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, Álvaro Martínez Chana, y la delegada provincial de la Junta en Cuenca, Marian López, estuvieron presentes en el acto junto a otros representantes institucionales.

En resumen, el aumento de población en la provincia de Cuenca y la inauguración de la nueva Escuela Infantil son señales alentadoras en la lucha de Castilla-La Mancha contra la despoblación. Estas medidas, sumadas a otras políticas públicas, son un paso en la dirección correcta para impulsar el crecimiento y desarrollo de la región.

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