El presidente provincial del Partido Popular en Ciudad Real y de la Diputación ciudadrealeña, Miguel Ángel Valverde, ha rechazado ser el interlocutor del PSOE en la negociación del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, tras la propuesta realizada por el secretario de Organización del PSOE en la región, Sergio Gutiérrez. Valverde hizo este anuncio durante un desayuno informativo organizado por el PP en Ciudad Real, donde se abordaron diversas cuestiones políticas.
La negativa de Valverde llega después de que Gutiérrez sugiriera la búsqueda de interlocutores en el PP para desbloquear la negociación del Estatuto, mencionando la posibilidad de involucrar a los cinco presidentes provinciales del partido. Sin embargo, Valverde criticó que la principal preocupación del PSOE sea la composición del Parlamento autonómico y el aumento del número de diputados, cerrando la posibilidad de un diálogo sobre el Estatuto. «Me remito a la dirección de mi partido», enfatizó Valverde.
Con un ojo puesto en las elecciones de 2027, el PP de Ciudad Real se prepara para intentar revalidar su gobierno en la Diputación Provincial y mantener las alcaldías que han recuperado del PSOE. Valverde se mostró optimista, afirmando que su partido está listo para consolidar un cambio real en la región, destacando la gestión eficaz y empática que están llevando a cabo en varios municipios.
El líder provincial del PP también alertó sobre la «creciente precariedad de los servicios públicos» en Castilla-La Mancha, mencionando las dificultades que enfrentan la sanidad y los servicios sociales, así como los problemas de financiamiento que atraviesan los ayuntamientos. Valverde sosteniendo que, si se celebraran elecciones en este momento, el centro-derecha saldría vencedor, achacando esta situación a la «incompetencia» del PSOE, que, según él, mantiene a la región estancada en comparación con otras comunidades que están avanzando.
En otro ámbito, la vicesecretaria de Organización del PP a nivel nacional y diputada por la provincia, Carmen Fúnez, criticó la gestión del Gobierno de España, describiéndolo como «el más débil de toda la democracia». Fúnez hizo hincapié en la incapacidad del Gobierno para aprobar un presupuesto adaptado a las necesidades de la ciudadanía y criticó la falta de un proyecto político claro por parte del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
Además, Fúnez denunció la no ejecución de una cantidad considerable de fondos destinados a infraestructuras sanitarias y planteó la necesidad de implementar políticas que aborden cuestiones como la vivienda y el empleo juvenil, haciendo un llamado al presidente regional para que reduzca el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, facilitando así el acceso a la vivienda para los jóvenes.
