El presidente interino de Perú, José Jerí, ha declarado un estado de emergencia en Lima y la provincia del Callao, efectivo a partir de la medianoche de este miércoles y por un período de 30 días. La medida busca combatir el alarmante aumento de la delincuencia organizada, que, según Jerí, ha generado un dolor profundo en muchas familias y ha impactado gravemente la economía del país. En un mensaje dirigido a la nación, el mandatario enfatizó la necesidad de pasar de la defensiva a la ofensiva en la lucha contra la criminalidad.
Este estado de emergencia restringirá derechos fundamentales, como la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión. Las Fuerzas Armadas se integrarán a los esfuerzos de la Policía Nacional para realizar patrullajes en áreas críticas y desmantelar redes delictivas. El presidente subrayó que las acciones concretas serán esenciales para recuperar la paz y tranquilidad, aunque no proporcionó detalles específicos sobre las medidas que se implementarán.
La decisión de Jerí se produce en un contexto de creciente descontento social, alimentado por protestas que exigen mayor seguridad. En meses recientes, el país ha enfrentado un incremento alarmante en los homicidios, con cifras que superan los 500 en algunos trimestres. La situación actual no solo ha desatado inquietud en la población, sino que también fue un factor determinante en la reciente destitución de la ex presidenta Dina Boluarte. Con este nuevo estado de emergencia, el Gobierno busca responder a una crisis que ha calado hondo en la sociedad peruana.
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