El Presidente de la Diputación de Albacete Honra la Labor de Ángel Fernández en Misa de Agradecimiento en la Catedral por sus Seis Años de Servicio Diocesano

En un solemne acto de fe y gratitud que congregó a fieles y representantes de diversas instituciones, el presidente de la Diputación de Albacete, Santi Cabañero, asistió a la misa celebrada en la Catedral de Albacete en honor a la dedicación de Monseñor Ángel Fernández. El evento, que tuvo lugar el 5 de mayo de 2024 a las 18:00 horas, se desarrolló en un ambiente de profundo respeto y cariño hacia el que fuera Obispo de la Diócesis de Albacete durante seis años.

La celebración también contó con la notable presencia del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, amigo personal de Fernández, a quien la comunidad ha querido manifestar su aprecio y reconocimiento por su labor y compromiso.

Ángel Fernández, que recientemente fue designado obispo emérito debido a problemas de salud que lo llevaron a presentar su renuncia, se destacó durante su gestión por su inteligencia, cordialidad y profunda cultura. Apreciado por su impulso a la convivencia y la participación activa en asuntos provinciales, su desempeño ha dejado una huella indeleble en la sociedad albaceteña.

El presidente Cabañero, quien ya tuvo la oportunidad de expresar su respeto y buenos deseos de recuperación a Fernández tras su renuncia, remarcó la «gran pérdida» que su partida supone para la provincia. Sin embargo, enfatizó que el legado de liderazgo de Fernández permanecerá y que la Diputación de Albacete seguirá ofreciéndole su colaboración y apoyo durante su etapa emérita.

Entre emotivas homilías y agradecimientos, el evento no solo fue un tributo a la gestión pasada de Fernández, sino también un testimonio de su integridad y compromiso con la comunidad, independientemente de las creencias individuales. Ángel Fernández continúa demostrando su carácter mediante actos simbólicos, como su participación en eventos religiosos importantes a pesar de su estado de salud, lo que refleja su devoción y su firmeza en mantener su palabra.

Este homenaje en la catedral es una muestra de la estrecha vinculación entre la Iglesia, la sociedad y las instituciones de Albacete, y señala el fin de una era significativa para la Diócesis albacetense.

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