En la última jugada para reforzar su programación, La 1 de Televisión Española apostó fuerte con el lanzamiento de «Asuntos internos», un thriller ambientado en 1979, que se sumerge en una de las etapas más turbulentas de la historia reciente de España. La serie, respaldada por una destacada inversión y un elenco liderado por Laia Manzanares, ha generado grandes expectativas pero también atrajo críticas desde su debut.
La trama gira en torno a Clara Montesinos, interpretada por Manzanares, quien representa a una de las primeras mujeres en incorporarse al cuerpo de policía en una sociedad dominada por hombres y en plena crisis por la epidemia de heroína. Acompañada por un reparto de renombre que incluye a Silvia Abascal, Marta Poveda, Nacho Fresneda, y Carla Campra, la producción se estrenó el pasado miércoles en prime time y está disponible en RTVE Play.
Dirigida por María Togores y Samantha López Speranza, «Asuntos internos» prometía ser un hito televisivo al abordar no solo el papel de la mujer en los cuerpos de seguridad sino también enfrentar la problemática del narcotráfico. Sin embargo, la recepción de la audiencia fue mixta, mostrando una clara división de opiniones particularmente en torno a aspectos de la producción.
Mientras que algunos espectadores se sumergieron de lleno en la historia, otros no dudaron en expresar su insatisfacción, criticando elementos repetidos por varios usuarios que reflejaban las expectativas no cumplidas con el debut de la serie.
El proyecto, con un desenvolvimiento financiero notablemente transparente, reveló un presupuesto total de 5.344.827,80 euros. Aunque RTVE aportó la mayor parte, con 4.545.577,93 euros, la colaboración con la productora Mediacrest cubrió el saldo restante. Con un costo por episodio de 890.804,63 euros, la cadena pública puso sus esperanzas en una acogida positiva para justificar la inversión.
La controversia no se limitó únicamente a «Asuntos internos». José Mota y David Broncano, figuras reconocidas de la televisión, también estuvieron en el ojo del huracán al enfrentar preguntas incómodas sobre sueldos y otros temas delicados en «La revuelta», evidenciando que la polémica y el debate en torno a las figuras públicas y las producciones nacionales continuará siendo un ingrediente inevitable de la televisión española.
