En una decisión que marca un notable contraste con la postura de su predecesor, el Papa León XIV ha elegido establecer su residencia de verano en la pintoresca localidad de Castel Gandolfo, rompiendo así con la austeridad característica del Papa Francisco quien prefirió convertir este enclave en un museo abierto al público. Este retorno a la tradición no solo reaviva la histórica relación entre los pontífices y este idílico retiro estival, sino que también parece abrir una nueva era de oro para la región.
Castel Gandolfo, conocido por su belleza y su significativa historia asociada a la Iglesia Católica, se encuentra a orillas del Lago Albano. Esta localidad ha sido durante siglos el refugio estival de los Papas, incluyendo a figuras eminentes como Juan Pablo II y Benedicto XVI. Valorado patrimonialmente en cerca de 2.000 millones de euros, el complejo ofrece un marco incomparable de monumentalidad y espiritualidad.
La elección de Papa León XIV de pasar el verano en Villa Barberini del complejo, desde el 6 hasta el 20 de julio, para su retiro espiritual, señala una voluntad de recuperar las tradiciones más solemnes de la Iglesia, manteniendo abierta la parte principal del palacio como museo. Además, se ha confirmado una segunda visita entre el 15 y el 17 de agosto, durante la cual el pontífice presidirá una misa y el tradicional rezo del Ángelus, retomando las audiencias generales a finales de julio.
La decisión ha sido ampliamente celebrada por la comunidad local. Según Alberto De Angelis, el alcalde de la localidad, Castel Gandolfo ha echado de menos la presencia pontificia durante los últimos doce años. La vuelta del Papa no solo reactiva una importante tradición, sino que también promete reimpulsar el pulso económico y social de la ciudad.
Mientras tanto, la residencia en Villa Barberini permitirá a León XIV disfrutar de un entorno tanto opulento como repleto de historia, ya que esta mansión no solo sirve como un espacio de descanso personal, sino también como un lugar para mantener encuentros pastorales y otros eventos oficiales. La villa, que forma parte del complejo de la Secretaría de Estado, ha sido acondicionada para satisfacer todas las necesidades del Papa, desde áreas de estudio hasta espacios de recreo, garantizando seguridad y privacidad mientras mantiene una conexión visual con el público para eventos como el Ángelus.
La estrategia de León XIV de retomar esta tradición pontificia revela un intento de tejer una conexión más profunda con la historia de la Iglesia Católica y sus fieles. A través de esta elección, el Papa no solo refleja un reverente gesto hacia sus antecesores sino también inyecta un nuevo vigor en la milenaria relación entre el Vaticano y Castel Gandolfo. Este verano, la localidad parece destinada a revivir sus días de gloria como el corazón del verano vaticano, gracias a la presencia y las ceremonias del Papa León XIV.
