Ciudad Real da un paso hacia una ciudad más humana, sostenible y saludable
En un momento en que la movilidad y la calidad del aire se han convertido en prioridades para muchas ciudades, Ciudad Real ha dado un paso importante hacia esa meta. El pasado pleno municipal, los concejales aprobaron por unanimidad (con la excepción del voto en contra del grupo VOX) una nueva Ordenanza de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y Prioridad Peatonal, que busca transformar el modo en que sus habitantes se relacionan con su ciudad y entre ellos.
El concejal de Movilidad, Miguel Hervás, expresó con visión y sensatez el espíritu de esta iniciativa: “Más allá de la obligación legal, tenemos una oportunidad para seguir avanzando en una ciudad más saludable, sostenible y pensada para las personas.” Sus palabras reflejan un compromiso que trasciende las normativas, centrado en que la ciudad sea un espacio más amable y accesible para todos.
Aunque Ciudad Real no presenta actualmente un problema grave de contaminación, según los medidores de calidad del aire, la administración local ha optado por adoptar una ordenanza que, en palabras de Hervás, es “poco restrictiva, adaptada a la realidad de la ciudad”. La medida no busca sancionar, sino ordenar y mejorar, fortaleciendo un modelo urbano que ya ha logrado reducir proactivamente el tráfico rodado mediante una ampliación de las zonas peatonales y la priorización de los peatones.
Con este acuerdo, la ciudad cumple con la normativa europea y estatal, que obliga a ciudades de más de 50.000 habitantes a establecer ZBE. Pero más allá del cumplimiento, lo que se busca es crear un entorno que beneficie a los ciudadanos en su día a día. La intención es consolidar una Ciudad Real más amable, en la que moverse a pie o en bicicleta sea más sencillo y seguro, en línea con las prioridades de un modelo urbano pensado para las personas y no solo para los vehículos.
La aprobación de esta ordenanza también ha sido resultado de un proceso de diálogo y consenso, en el que distintas fuerzas políticas, así como los consejos de movilidad, aportaron sus ideas y recomendaciones. Desde el Ayuntamiento, se ha trasladado un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía: la medida no pretende imponer obstáculos, sino ofrecer una estructura que promueva una convivencia más armoniosa y saludable.
Hervás concluye con una reflexión que invita a pensar en el futuro: “Más allá de la obligación legal, tenemos una oportunidad para seguir avanzando en una ciudad más saludable, sostenible y pensada para las personas”. Un recordatorio de que las decisiones políticas, si están enfocadas en el bienestar colectivo, pueden transformar positivamente la vida diaria de quienes habitan en Ciudad Real y hacer de esta ciudad un ejemplo de movilidad humanizada y respetuosa con el medio ambiente.

















