En el Hospital Gemelli de Roma, el papa Francisco sigue bajo atención médica desde hace una semana, luchando contra una neumonía bilateral causada por bronquitis. Según informaciones ofrecidas por el Vaticano este sábado, el Pontífice ha tenido una noche de descanso tranquila, evidenciando una leve mejoría en su estado de salud tras los más recientes análisis de sangre realizados por el equipo médico.
«El Papa ha descansado bien», confirmó el servicio de prensa del Vaticano en una comunicación breve, marcando un ligero optimismo en cuanto a la recuperación del líder religioso. Sin embargo, y como en días anteriores, el Vaticano ha optado por difundir solo el texto del Ángelus, permitiendo así que el Papa se concentre en su recuperación. Esta medida recuerda a la hospitalización de 2021 del Papa tras una operación de colon, donde aún en recuperación, Francisco pudo dirigirse a los fieles desde un balcón del hospital.
El doctor Sergio Alfieri, quien ha estado a cargo de la intervención quirúrgica y el seguimiento médico del Papa en ocasiones anteriores, anunció en una rueda de prensa que Francisco deberá permanecer al menos una semana más en el hospital para asegurar una recuperación completa de la neumonía bilateral. «Se necesitará tiempo», indicó Alfieri, aludiendo al proceso de tratamiento que continuará incluso una vez el Papa regrese a su residencia en Santa Marta.
Pese a la respuesta favorable al tratamiento, Alfieri destacó que el Papa aún no está fuera de peligro. A sus 88 años, el estado de salud de Francisco se considera delicado, especialmente debido a una infección polimicrobiana complicada con la neumonía bilateral. El poco movimiento y su avanzada edad hacen del Papa «un paciente frágil», según palabras del doctor.
Afortunadamente, el máximo líder de la Iglesia Católica no requiere asistencia respiratoria, solo se le suministra oxígeno cuando es necesario, y su apetito se mantiene, lo que indica signos positivos en su recuperación. Uno de los mayores riesgos en este momento sería la transición de la infección hacia la sangre, provocando una sepsis, pero tal escenario ha sido descartado por los médicos al momento, quienes también han podido reducir la dosificación de algunos medicamentos desde su ingreso.
El ingreso del Papa al hospital Gemelli se produjo justamente hace una semana, tras presentar problemas respiratorios iniciales atribuidos a una bronquitis por infección polimicrobiológica que, posteriormente, evolucionó hacia una neumonía bilateral. Desde entonces, su situación ha obligado a ajustes en el tratamiento farmacológico, evidenciando la complejidad del cuadro clínico.