El Papa se ha reunido este jueves con un grupo de seminaristas de Toledo, a quienes ha instado a cultivar una «cercanía» en su futura labor pastoral y a adoptar una «espiritualidad sencilla». Durante esta audiencia, el Pontífice destacó la importancia de que los presbíteros mantengan una conexión cercana no solo con Dios, sino también con los obispos y entre ellos mismos. «Ustedes saben que los presbíteros tienen que ser cercanos», afirmó, subrayando que la cercanía con Dios es fundamental para desarrollar la capacidad de encontrar y estar en comunión con el Señor.
El Papa hizo hincapié en que un sacerdote que no mantiene la cercanía con su obispo «es rengo» y «le falta algo», lo que resalta la necesidad de una comunidad cohesionada dentro de la Iglesia.
Además, el Santo Padre mencionó la próxima celebración de ‘El Reservado’, una fiesta eucarística que rememora el momento en que el Santísimo Sacramento fue reservado por primera vez en el sagrario del Seminario Menor de la diócesis de Toledo. Esta conmemoración, que se caracteriza por tres momentos claves: la celebración de la Eucaristía, la exposición del Santísimo durante todo el día y la procesión, sirve para recordar a los seminaristas los elementos fundamentales del sacerdocio al que se están preparando.
El Papa señaló que la celebración eucarística es un momento en el que «Jesús viene a nuestras vidas para darnos la prueba del amor más grande». En este sentido, instó a los futuros sacerdotes a absorber en sus corazones la presencia de Jesús y a reconocer su papel en la comunidad eclesial. Finalmente, el Pontífice invitó a los seminaristas a observar «al santo Pueblo fiel de Dios en su espiritualidad sencilla», recordando así la importancia de conectar con las raíces de la fe en su camino hacia el sacerdocio.