Esta mañana, el Papa Francisco recibió en el Vaticano a una delegación de Cáritas Toledo, en una audiencia que conmemoró los sesenta años de servicio caritativo de esta diócesis española. Durante el encuentro, el Pontífice recordó que la labor de Cáritas va más allá de lo que muchos podrían considerar como «civismo» o «filantropía».
El Papa elogió el compromiso de Cáritas Toledo y subrayó la importancia de asumir el desafío de convertirse en un «motor de cambio dentro de la sociedad». En su discurso, instó a los miembros de la organización a difundir el espíritu de caridad y justicia, con el objetivo de despertar en todos los hombres y mujeres de buena voluntad una «conciencia más fraterna».
«No son solo un ejemplo de civismo y filantropía», afirmó el Papa, enfatizando que sus acciones cotidianas en favor de las personas más vulnerables deben transformarse en «instrumentos de evangelización». En este sentido, explicó que la evangelización se lleva a cabo a través del «lenguaje universal de las obras de caridad», que actúan como un «idioma comprensible para todos», respaldado por el testimonio y el esfuerzo de quienes colaboran en Cáritas.
El Papa Francisco resaltó que este objetivo es «ciertamente alto» y se logra mediante el «trabajo artesanal» de cada responsable de la acción socio-caritativa. Además, hizo hincapié en la necesidad de una «formación humana y espiritual» para todos aquellos que trabajan en iniciativas de ayuda y compromiso social.