El otoño en Castilla-La Mancha se prevé con temperaturas más altas de lo habitual y precipitaciones por debajo de lo normal, de acuerdo con la predicción realizada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para los meses de septiembre, octubre y noviembre. Luis María Bañón, delegado territorial de la Aemet en la región, ofreció esta información durante una rueda de prensa, subrayando que estas proyecciones «están cargadas de incertidumbres», basándose en variables como las anomalías en la superficie del agua del mar, la cobertura de nieve y fenómenos como ‘El Niño’.
Bañón indicó que existe un 70% de probabilidad de que al finalizar el otoño, la temperatura media en la región se sitúe por encima de lo normal, a pesar de que las temperaturas de esta semana se mantendrán bajas. En lo que respecta a las precipitaciones, aunque las señales no son tan claras, se estima que es más probable que el otoño termine con niveles de lluvia por debajo de la media, con un 40% de probabilidades frente a solo un 10% que sugiere que las lluvias pudieran ser superiores a lo habitual.
Durante su intervención, Bañón también realizó un balance del verano en Castilla-La Mancha, señalando que fue extremadamente cálido, con una temperatura media de 24,9 grados, que supera en 1,4 grados la media de los años anteriores. El mes de agosto se destacó como el tercero más cálido en los últimos 63 años, con una media de temperaturas máximas de 33 grados y mínimas de 16,8 grados.
En términos de pluviometría, el verano de 2024 se caracterizó por ser muy húmedo, con una precipitación media de 73 litros por metro cuadrado, cifra que representa un 155% de la media histórica. Mientras junio fue un mes muy húmedo, julio se mostró seco, y agosto, nuevamente muy húmedo. Las precipitaciones más significativas se registraron en la provincia de Guadalajara, donde se alcanzaron 64 litros por metro cuadrado en agosto, el segundo valor más alto histórico para ese mes.
Bañón también puntualizó eventos climáticos extremos, como la presencia de «supercélulas» que afectaron a varias localidades de Ciudad Real el 21 de agosto, y destacó la intensa actividad eléctrica registrada durante el verano, con más de 25,000 rayos detectados. A esto se sumaron episodios de viento fuerte que se dieron en diversas fechas y localidades de la región, alcanzando rachas máximas de 93 kilómetros por hora en Chinchilla (Albacete) y Tarancón (Cuenca).