El líder ultraderechista rumano Georgescu se retira del escenario político

En un giro sorprendente en la política rumana, Calin Georgescu, líder del ultraderechista partido Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), ha anunciado su retirada de la escena política. Este anuncio se produce tras la controversia que rodeó su victoria en las elecciones presidenciales de noviembre, elecciones que fueron posteriormente suspendidas debido a alegaciones de injerencia rusa a su favor. Este escándalo culminó con su inhabilitación para participar en los comicios programados para su repetición en mayo.

Georgescu, en un mensaje transmitido a través del canal Realitatea, expresó que su despedida de la política es una decisión estrictamente personal que no debe interpretarse como un desdén hacia sus seguidores o hacia la causa que defendió. En sus propias palabras, Georgescu declaró que, de ahora en adelante, asumirá el papel de «observador de la situación social» que se vive en Rumanía, indicando además que regresará a la política solo cuando vea una «oportunidad real para Rumanía». Hasta entonces, pidió calma y agradeció el apoyo recibido.

Lamentó cómo las disputas políticas han derivado en una despolitización del país, ignorando los asuntos realmente críticos para el bienestar de la sociedad rumana. Georgescu destacó que el foco debería estar en la construcción del futuro a través de decisiones que se alejen del miedo, el odio y la división, para abrazar la verdad y la dignidad. Reconoció, además, el sacrificio de quienes lo apoyaron, muchos de los cuales enfrentaron acoso y marginación.

A pesar de los esfuerzos de Georgescu y su partido, el Tribunal Constitucional rumano rechazó anular los resultados de las elecciones, confirmando a Nicusor Dan, de tendencia europea, como el legítimo vencedor tras la repetición electoral del 18 de mayo. Esta decisión marca no solo un punto de inflexión en la carrera política de Georgescu, sino que también refleja la volátil naturaleza de la política rumana, afectada por alegatos de injerencia extranjera y disputas internas.

La retirada de Georgescu deja numerosas preguntas sobre el futuro de AUR y su posicionamiento en el espectro político rumano, así como sobre el propio camino de Rumanía hacia la consolidación democrática y su relación con la comunidad internacional, especialmente en un contexto de creciente vigilancia sobre la injerencia extranjera en procesos electorales nacionales.

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