En un giro inesperado en el panorama político internacional, el líder del partido de ultraderecha francés, Jordan Bardella, ha decidido cancelar su participación en la Conferencia Política de Acción Republicana (CPAC), un evento anual que reúne a conservadores de todo el mundo, tras una polémica comparecencia de Steve Bannon, exasesor del presidente estadounidense Donald Trump.
El motivo detrás de esta decisión es un gesto realizado por Bannon durante su intervención en el CPAC, interpretado por Bardella y otros asistentes como un saludo nazi. Este hecho, según Bardella, representa una provocación inaceptable que refleja la ideología nazi, algo con lo que no desea asociarse. Bardella, quien tenía previsto hablar sobre los lazos entre Estados Unidos y Francia, así como sobre la reciente dinámica electoral de los partidos patrióticos en Europa, expresó su repudio y anunció la cancelación de su intervención programada para esa tarde.
El nombre de Bardella ya ha sido eliminado de la lista de oradores del evento, poniendo de relieve la seriedad del incidente. Este suceso subraya la tensión existente en ciertos sectores de la derecha internacional, especialmente en torno a gestos y símbolos cuya interpretación puede varar profundamente entre los diversos asistentes a este tipo de eventos.
Por su parte, Steve Bannon ha respondido a las acusaciones, descalificando a Bardella y cuestionando su capacidad para liderar Francia. Según Bannon, esta no es la primera vez que realiza un gesto similar, recordando un incidente similar durante un encuentro del partido ultraderechista francés, en ese entonces llamado Frente Nacional, hace siete años. Bannon defendió su gesto, argumentando que su brazo extendido era un saludo normal y no un saludo nazi, desestimando las críticas de Bardella a quien tildó de «niño» incapaz de gobernar Francia.
Este enfrentamiento entre Bardella y Bannon no solo marca un momento de fricción dentro de los movimientos de extrema derecha a nivel global, sino que también plantea interrogantes sobre la imagen y las alianzas dentro de estos colectivos. La decisión de Bardella de retirarse del CPAC puede percibirse como un movimiento estratégico para distanciarse de acciones y figuras controvertidas en un momento en que la ultraderecha europea sigue buscando consolidar su influencia tanto a nivel nacional como internacional.