Un eslabón viviente con el legado romántico español ha echado raíces en el colegio Fábrica de Armas de Toledo, tras la reciente plantación de un clon del histórico ‘laurel de Bécquer’. Este mítico árbol, que el propio Gustavo Adolfo Bécquer sembró en 1868, renace ahora en el patio del centro educativo bajo la atenta mirada y cuidado de su alumnado, quienes celebraron el acontecimiento recitando versos del laureado poeta.
La delegada provincial de la Consejería de Desarrollo Sostenible en la provincia de Toledo, Montserrat Muro, así como otras personalidades relevantes, incluida la vicerrectora de la UCLM, Leonor Gallardo, y miembros de la Real Fundación y del Ayuntamiento, estuvieron presentes en la significativa ceremonia. Juntos, subrayaron la importancia de este vínculo entre pasado y presente, cultura y naturaleza.
Muro enfatizó la significación del acuerdo alcanzado hace dos años que tiene por objeto valorar el patrimonio vegetal toledano, una acción que sumerge sus raíces tanto en la conservación como en la promoción de la conciencia ciudadana respecto a la flora característica de la urbe.
El reciente acto no sólo representó el anhelo de preservar este legado biológico, también sirvió de instrumento pedagógico, enseñando a los escolares la trascendencia de su herencia natural desde temprana edad, según aseveró la propia delegada provincial.
Jesús Carrobles, de la Real Fundación, reflexionó sobre la interacción entre naturaleza y cultura destacando que los árboles, después de todo, crecen no al azar, sino dónde y cómo el ser humano decide. Subrayó cómo el laurel de Bécquer proporciona un cautivador nexo con una de las figuras más destacadas del Romanticismo español.
Leonor Gallardo alabó la iniciativa de la Real Fundación de Toledo y remarcó el papel asesor de la Universidad, en especial de la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de Toledo, que celebra su 25 aniversario y es considerada una de las mejores en su campo a nivel nacional.
Por su parte, los concejales Rubén Lozano y Daniel Morcillo, responsables de Medio Ambiente y Educación respectivamente, señalaron el valor de la educación y el medio ambiente como pilares para el desarrollo sostenible y el bienestar futuro de la sociedad.
Así, este laurel, clonado del original que plantase Bécquer hace más de un siglo, se erige como un símbolo de la continuidad y la importancia de cuidar tanto del legado cultural como del legado natural, reconociendo que los árboles y la biodiversidad constituyen una parte inextricable del patrimonio de una ciudad llena de historia como Toledo.
