En una reciente declaración, el Kremlin ha mostrado una reacción positiva ante la disposición del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a entrar en negociaciones de paz con Rusia, una propuesta que también ha sido respaldada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, durante su habitual conferencia de prensa telefónica, calificó de «positiva» la actitud de Kiev hacia la búsqueda de una solución pacífica. No obstante, planteó interrogantes sobre los posibles interlocutores en dicho proceso, dada la existencia de restricciones legales ucranianas para negociar directamente con el actual presidente ruso, Vladímir Putin.
A pesar de este reconocimiento inicial de un gesto pacificador por parte de Ucrania, Peskov subrayó que aún persisten obstáculos importantes para avanzar en las negociaciones. La legislación de Ucrania prohíbe expresamente a su presidente entablar diálogo con la figura de Putin, lo cual complica el camino hacia una resolución directa.
La voluntad de Zelenski por explorar vías de paz llegó a su punto más alto cuando, tras una serie de intercambios verbales tensos con Trump en la Casa Blanca, expresó en su cuenta de X (anteriormente Twitter), reafirmándose en el compromiso ucraniano por la paz y señalando la disposición de su equipo para colaborar bajo el liderazgo de Trump hacia una solución estable. Entre las medidas iniciales propuestas por Zelenski para aliviar las tensiones, destacan la liberación de prisioneros, una tregua general en el uso de misiles, drones, y la prohibición de ataques contra infraestructura civil, así como una inmediata tregua marítima a condición de que Rusia reciprocara con acciones similares.
La respuesta de Trump ante estas comunicaciones ha sido notablemente conciliadora. El presidente estadounidense valoró positivamente la iniciativa de paz de Zelenski, mencionando haber recibido la correspondencia de este último. Esta serie de eventos se produce en un contexto de deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Ucrania, exacerbado por la reciente decisión de Trump de bloquear toda ayuda militar a Ucrania, incluidos envíos ya en curso hacia Kiev.
La aparente voluntad de diálogo entre Rusia y Ucrania, con el respaldo explícito de la administración Trump, podría significar un punto de inflexión hacia la desescalada de un conflicto que ha tensionado las relaciones internacionales y ha devastado la región. Sin embargo, las documentadas restricciones legales y las condiciones previas presentadas por ambas partes sugieren un camino lleno de desafíos para alcanzar una paz duradera.
