El invierno climatológico en Castilla-La Mancha, que abarcó los meses de diciembre, enero y febrero, ha sido notablemente cálido, con una temperatura media de 7,1 grados. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este período ha sido el sexto más cálido en los últimos 64 años. Durante una rueda de prensa, Luis María Bañón, responsable de Aemet en la región, y la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, presentaron un informe que coincide con la celebración del Día Meteorológico Mundial.
Bañón explicó que el carácter cálido del invierno se atribuye a anomalías de altas presiones en el Atlántico, que han impedido el paso de borrascas y han favorecido un clima anticiclónico. Esto se ha traducido en un notable contraste en las temperaturas, con un máximo de 23,3 grados registrado en Tobarra el 16 de febrero y un mínimo de 11,2 grados bajo cero en Molina de Aragón el 14 de enero.
A pesar de las altas temperaturas, el invierno ha sido seco en su conjunto, aunque enero trajo consigo un aumento de las precipitaciones gracias a la llegada de borrascas. Sin embargo, febrero volvió a registrar condiciones de bloqueo, limitando las lluvias. El mes de marzo ha comenzado con un patrón más húmedo, con lluvias diarias, destacando que el 8 de marzo se registró el mayor acumulado de precipitación.
La delegada del Gobierno, Milagros Tolón, destacó la importancia del Día Meteorológico Mundial, que se celebra el 23 de marzo, y anunció un acto para reconocer el trabajo de los voluntarios de Aemet en la comunidad. Entre los homenajeados se encuentran colaboradores de diversas estaciones meteorológicas y un profesional del Observatorio de Guadalajara que se jubila. El evento incluirá una conferencia a cargo del profesor Miguel Ángel Gaertner, titulada ‘Climatología y transición energética: análisis de recursos de energías renovables emergentes’.
Además, Tolón comentó sobre la situación de los ríos en la región, alertando que Castilla-La Mancha se encuentra en nivel 1 por lluvias, con especial atención a la provincia de Toledo y el río Alberche, donde se ha detectado una situación complicada que se está vigilando de cerca en coordinación con la Junta de Comunidades.