En un gesto de apoyo a la comunidad afectada por las devastadoras inundaciones del fin de semana, el presidente Donald J. Trump y la primera dama Melania Trump visitaron Kerr County, Texas. El viaje, marcado por momentos de cercanía y empatía, tuvo como objetivo principal conocer de primera mano la magnitud de la tragedia y ofrecer un mensaje de solidaridad.
Durante su recorrido, el mandatario se detuvo a hablar con residentes locales y funcionarios, expresando sus condolencias y admiración por la resiliencia de quienes han perdido mucho. «Como nación, lloramos por cada vida que se llevó la inundación», afirmó el presidente, resaltando el ilimitado valor y la notable determinación de las familias en duelo. La emoción en su voz reflejaba la gravedad de la situación, especialmente al recordar a las jóvenes víctimas de un campamento de verano local que fueron trágicamente arrastradas por las aguas.
Los comentarios del presidente enfatizaron la importancia del trabajo del primer equipo de respuestas de emergencia. Reconoció sus esfuerzos heroicos y la colaboración entre diferentes niveles de gobierno: «La unidad y la competencia son dos palabras clave aquí. Es raro ver el esfuerzo conjunto de todos».
A la par, los líderes locales, incluido el gobernador de Texas, Greg Abbott, y el teniente gobernador, Dan Patrick, no escatimaron en elogios hacia la rápida respuesta de la administración federal. Abbott destacó que el tiempo de respuesta había sido el más ágil que recordaba, un cambio crucial en situaciones de crisis.
La visita sirvió también para reforzar promesas concretas: más de 400 rescatistas han sido movilizados y se han llevado a cabo alrededor de 1,500 rescates con la intervención de la Guardia Costera y Aduanas de EE. UU. «Estamos aquí para ayudar a Texas de todas las maneras posibles», añadió el presidente, reafirmando su compromiso con la recuperación.
El ambiente, aunque marcado por la tristeza, también brindó destellos de esperanza. Los testimonios de los residentes, reconocidos por la fortaleza de su comunidad, reflejaron una tenacidad inquebrantable. «Es devastador, pero nuestro presidente está aquí. Él nos apoya», expresó un local, reafirmando la necesidad de esa conexión humana en tiempos difíciles.
La gira concluyó con un mensaje claro: el gobierno federal está decidido a ayudar a Kerr County a reconstruirse en medio de la adversidad, y la comunidad, aunque golpeada, se muestra unida y fuerte frente al desafío.
Fuente: WhiteHouse.gov