La crisis de los opioides en Estados Unidos se torna cada vez más alarmante, con el uso y la adicción al fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína, al frente del problema. Este año, los costos asociados a los opioides ilícitos se estiman en unos asombrosos 2.7 billones de dólares, lo que equivale al 9.7% del PIB del país. De esta cifra, aproximadamente el 41% se relaciona con muertes, un 49% con la pérdida de calidad de vida y el 10% restante a costos diversos como atención médica, disminución de la productividad laboral y actividades delictivas.
Las estadísticas revelan que una abrumadora mayoría, el 93% de las muertes por sobredosis de opioides, involucra a potentes opioides sintéticos como el fentanilo, que, en su mayoría, proviene de China y es traficado a través de México. Esta situación ha llevado a los expertos a comparar el impacto económico de la crisis con el de otras medidas como los aranceles comerciales, que Goldman Sachs estima representar solo una pérdida del 0.4% del PIB.
Un reciente análisis del Consejo de Asesores Económicos (CEA) revisó sus estimaciones previas—que ya eran preocupantes—y las actualizó para tomar en cuenta la inflación y el alarmante aumento de muertes por sobredosis. En 2023, se reportaron 74,702 muertes, un aumento del 160% en comparación con los datos de 2017. Además, el número de personas que viven con el trastorno por uso de opioides (OUD, por sus siglas en inglés) ha crecido exponencialmente, alcanzando los 5.7 millones, lo que representa un aumento de 2.7 veces en menos de seis años.
Los datos desglosan este impacto económico en varios sectores. La pérdida de vidas se calcula en aproximadamente 1.11 billones de dólares, considerando el valor estadístico de una vida y los costos asociados a la productividad y atención médica derivadas de las muertes por opioides. A su vez, la pérdida de calidad de vida de aquellos que padecen OUD suma otra cantidad considerable, estimándose en 1.34 billones de dólares.
Adicionalmente, el sistema de salud enfrenta costos adicionales de 107 mil millones de dólares debido al tratamiento de personas con OUD, lo que a su vez repercute en primas de seguros y gastos médicos para todos los estadounidenses. La pérdida de productividad laboral también contribuye significativamente al costo total, con otros 107 mil millones de dólares, y los delitos relacionados con los opioides generan aproximadamente 63 mil millones de dólares en costos adicionales.
La magnitud de esta crisis indica la necesidad urgente de abordar el flujo de sustancias letales que ingresan al país desde el extranjero. La carga humana y financiera que supone la epidemia de opioides es insostenible y requiere de una respuesta contundente por parte de las autoridades para proteger a la población y mitigar sus efectos devastadores.
Fuente: WhiteHouse.gov