La consejera de Igualdad, Sara Simón, ha anunciado en una reciente rueda de prensa que su departamento planea aprobar el III Plan Estratégico para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres de Castilla-La Mancha a principios de 2027. Esta aspiración está condicionada a la obtención de los resultados definitivos del segundo plan de igualdad, que se espera concluir a finales de 2026.
Durante la comparecencia, la consejera ofreció un informe preliminar sobre el segundo trienio del II Plan Estratégico, que abarca los años 2022, 2023 y 2024, y que se ha prorrogado hasta 2025 debido a retrasos ocasionados por la pandemia. El nuevo plan abarcaría el período de 2027 a 2032.
Simón destacó que desde el inicio de la implementación del segundo plan de igualdad se han llevado a cabo un total de 613 medidas, de las cuales 168 no estaban incluidas en el plan original, reflejando una ejecución del 125% de los objetivos iniciales. Entre estas 168 medidas, 20 están aún pendientes de ejecución o en fases de implementación dentro de la prórroga.
La consejera subrayó además el desarrollo del estatuto de mujeres rurales, poniendo en valor su «ampliación y renovación». En este sentido, informó que casi un 8% de las 456 explotaciones agroalimentarias de la región están ahora dirigidas por mujeres, mientras que el 30% de las cooperativas cuentan con socias, posicionando a Castilla-La Mancha como una de las comunidades con más titularidades compartidas.
El papel de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo ha sido calificado de «muy ambicioso y clave» en la implementación de estas medidas. Se ha logrado una reducción considerable del desempleo femenino, casi a la mitad, además de contar con «una de las brechas salariales más bajas», según indicó Simón, quien añadió que aún queda trabajo por hacer en esta área.
A nivel global, de las 490 acciones inicialmente proyectadas en el plan, se han ejecutado 445, lo que significa que aproximadamente el 91% de las medidas han sido cumplidas. Del total de acciones desarrolladas, el 30,2% se relaciona con educación, sanidad, empoderamiento femenino y calidad de vida; el 15,5% se refiere a la prevención y lucha contra la violencia de género, y el 54,3% se enfoca en la incorporación de la perspectiva de género en la gestión pública.
El plan se estructura en siete ejes de gestión. El primero se centra en la gestión pública, el segundo en la autonomía económica y la corresponsabilidad en el uso del tiempo, facilitando así la incorporación de las mujeres al mercado laboral. El tercer eje aborda la prevención y acción contra la violencia de género, mientras que el cuarto se refiere al empoderamiento y participación social de las mujeres. El quinto eje está dedicado a la educación para la convivencia en igualdad, el sexto versa sobre la calidad de vida y salud de las mujeres, y el séptimo eje se enfoca en la igualdad de oportunidades en el ámbito rural.