El Grupo 9 de Universidades (G-9), conjunto de instituciones de educación superior únicas en sus respectivas Comunidades Autónomas, se encuentra en un proceso de adaptación a la nueva ley orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Este esfuerzo por actualizarse redundará en la modificación de sus estatutos para cumplir con las demandas legales actuales.
En una reunión llevada a cabo el pasado miércoles, 29 de noviembre, en Oviedo, las universidades miembros del G-9 acordaron desarrollar estrategias comunes que faciliten la adaptación de sus estatutos. La Comisión Sectorial de Secretarías Generales del G-9, presidida por Pedro M. Fernández Salguero, rector de la Universidad de Extremadura, destacó la relevancia de colaborar para maximizar el conocimiento y la experiencia colectiva y evitar esfuerzos duplicados.
La LOSU establece un plazo máximo de dos años para que las universidades implementen no solo sus nuevos estatutos, sino también las modificaciones que de ellos deriven. Es por ello que los representantes de las universidades del G-9, en la reunión organizada por Ángel Espiniella Menéndez, secretario general de la universidad asturiana, debatieron sobre los puntos que tendrán que reformar y pactaron hacerlo de una manera coordinada.
Dichas reformas incluyen aspectos como la autonomía universitaria, la gobernanza, la designación de cargos electos para períodos de seis años, una nueva estructura organizativa para centros y departamentos, y sistemas de promoción para el personal docente e investigador, contemplando el cambio de la figura del profesor contratado doctor por la de profesor permanente laboral. También se busca aligerar la carga docente para categorías de profesores asociados y ayudantes doctores.
Cabe destacar que, durante el encuentro, se reconoció que las universidades del G-9, si bien compartían problemáticas comunes, también enfrentaban desafíos individuales vinculados a la diversidad en la velocidad y profundidad de las reformas requeridas. Las universidades con más trayectoria, por ejemplo, deben realizar modificaciones más amplias en sus estatutos para adaptarse a las cambiantes dinámicas de la docencia y la investigación.
Algunas universidades, como las de Oviedo y Zaragoza, ya han avanzado considerablemente en su proceso de reforma estatutaria, sirviendo posiblemente como referencia para otras instituciones del grupo.
El G-9, creado en 1997, está integrado por las siguientes universidades: Universidad de Cantabria, Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad de Extremadura, Universitat de les Illes Balears, Universidad de La Rioja, Universidad de Oviedo, Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, Universidad Pública de Navarra, Universidad de Zaragoza, y además cuenta con la Universidad de Murcia y la Universidad de Burgos como entidades colaboradoras.
