El gremio de damasquinadores de Toledo lucha por declarar su arte como Bien de Interés Cultural y garantizar su supervivencia

VÍDEO: Damasquinadores ven con ilusión el camino para ser Bien de Interés Cultural y que resurja un sector "enfermo"

El gremio de damasquinadores de Toledo está lleno de esperanza y entusiasmo ante la posibilidad de que su arte sea declarado Bien de Interés Cultural. Consideran que esto podría ayudar a revivir un sector que se encuentra en una situación delicada y a abrir un camino de esperanza que traiga consigo un cambio generacional a largo plazo.

Después de varios años esperando alcanzar este reconocimiento, el presidente de la Fundación de Damasquinado de Toledo, Mariano San Félix Martín, ha destacado que el Gobierno regional ha desempeñado un papel destacado en el proceso de documentación para hacer posible este trámite.

Actualmente, el damasquinado se encuentra en una situación «enferma» debido a la falta de reconocimiento y recursos. San Félix ha explicado que será difícil que el sector salga adelante, pero están haciendo todo lo posible con el apoyo de los medios y las personas que colaboran para dar voz a esta forma de arte.

Hace algunas décadas, Toledo vivía principalmente de tres sectores: la Fábrica de Armas, la Academia de Infantería y el damasquinado. Sin embargo, con el paso del tiempo, el damasquinado ha perdido protagonismo debido a la disminución en la demanda de productos elaborados.

A pesar de esto, San Félix ha resaltado que el damasquinado podría suponer un gran ingreso para Toledo tanto en la parte lúdica como en la artística. Por ello, es importante trabajar para no perder una tradición que lleva siglos en la ciudad.

Este reconocimiento como Bien de Interés Cultural puede ser una herramienta útil en el progreso de la profesión. Sin embargo, San Félix ha advertido que la administración no tiene estadísticas sobre los damasquinadores que están trabajando, lo cual dificulta el relevo generacional. A día de hoy, solo cuenta con media decena de discípulos.

Mariano San Félix Martín, ha tenido una larga trayectoria como damasquinador, comenzando en el año 1951 en tres talleres diferentes con tres maestros distintos. En 1959, se estableció por su cuenta en su propio taller. Sin embargo, tuvo que dejarlo todo y buscar trabajo fuera de la provincia debido a la mala época que atravesó el sector.

No fue hasta 1983 cuando regresó a su ciudad natal y, después de mucho esfuerzo, logró establecerse de nuevo y trabajar en la Escuela Taller de la Diputación hasta 2002. En la actualidad, se dedica a hacer exposiciones y es el responsable de la Fundación para continuar con el damasquinado de Toledo.

En cuanto a la competencia profesional y las falsificaciones en las obras, San Félix ha destacado que para él no existe una rivalidad entre los artesanos. A sus 85 años, continúa con la misma ilusión de siempre e intentando que esta tradición perdure por muchos años más.

En resumen, el gremio de damasquinadores de Toledo está emocionado con la posibilidad de ser declarados Bien de Interés Cultural. A pesar de la difícil situación actual del sector, confían en que este reconocimiento pueda traer una renovación generacional y ayudar a mantener viva esta tradición centenaria.

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