La noche del pasado viernes, Televisión Española se vistió de fiesta para celebrar la gran final del Grand Prix de la Navidad, una edición especial del conocido concurso que enfrentó a los pueblos de Aguilar de Campoo (Palencia) y Alfacar (Granada), reviviendo así la emocionante competencia del verano de 2023. Este encuentro marca el regreso del programa a La 1 de TVE después de 18 años de ausencia, trayendo consigo una mezcla de nostalgia y renovación.
El desenlace del concurso estuvo marcado por la competencia en «El diccionario», una prueba que exigió a los participantes un último esfuerzo por demostrar su ingenio. Empezando con una mínima diferencia de un punto entre los equipos, liderados por los padrinos Aitor Albizua y Lara Álvarez, fue la definición de «Agibílibus» la que selló la suerte de los contendientes. El equipo de Alfacar, ante la presión, contestó incorrectamente, asegurando que este término no existía, lo que resultó en la victoria para Aguilar de Campoo, que se cobró revancha tras su enfrentamiento anterior en el Grand Prix 2023.
Sin embargo, la acogida del Grand Prix de la Navidad no fue la esperada. A pesar de la expectativa generada por este especial de temporada, la audiencia no respondió favorablemente. Críticas por el horario tardío de emisión de las primeras galas se sumaron al descontento, y un inesperado cambio de programación para la gran final pareció desorientar aún más a los espectadores. El resultado fue una cuota de pantalla del 6.7% con solo 720.000 espectadores sintonizando la final, un mínimo histórico para el programa.
A esto se le añade una polémica que se extendió más allá de los límites del concurso. Durante la retransmisión de las campanadas de fin de año en TVE, la presentadora Lalachus exhibió un amuleto de la suerte peculiar: un fotomontaje del Sagrado Corazón de Jesús con la cara de la vaquilla del Grand Prix. Este gesto, lejos de ser bien recibido, indignó a sectores del público católico, quienes no dudaron en expresar su desaprobación hacia lo que consideraron una falta de respeto.
En conclusión, la última edición del Grand Prix de la Navidad ha quedado marcada tanto por el espíritu competitivo y la celebración de las tradiciones locales, como por las controversias y el debate en torno a los valores y el respeto a las creencias. Mientras Aguilar de Campoo celebra su triunfo, Televisión Española reflexiona sobre los retos de adaptar formatos clásicos a la sensibilidad y expectativas del público contemporáneo.