El Gobierno de Castilla-La Mancha urge a un cambio en el modelo de financiación para garantizar igualdad en la atención sanitaria

El director gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, Alberto Jara, ha destacado la necesidad de un cambio en el modelo de financiación sanitaria, que tome en cuenta la dispersión poblacional, el envejecimiento y la cronicidad, para garantizar la equidad en la prestación sanitaria.

Durante su intervención en el XII Encuentro Global de Altos Cargos de la Administración Sanitaria, Jara resaltó que la región de Castilla-La Mancha cuenta con casi 80.000 kilómetros cuadrados, 919 municipios y una población de poco más de dos millones de habitantes. Sin embargo, menos de 300.000 personas residen en 739 municipios con menos de 2.000 habitantes, lo que representa el 80% de los municipios con solo el 15% de la población. Además, el 85% de los municipios menores de 2.000 habitantes han perdido población durante este siglo, lo que ha generado un problema de despoblamiento con implicaciones económicas, sociales y políticas.

Jara también destacó que casi el 20% de la población de Castilla-La Mancha tiene más de 65 años, lo que presenta un desafío en términos de mantener la salud en edades avanzadas y abordar la cronicidad. A pesar de que solo el 22% de los ciudadanos padecen al menos una enfermedad crónica, consumen el 83% de las consultas en Atención Primaria.

El gerente del SESCAM enfatizó la importancia de invertir en políticas preventivas para garantizar la sostenibilidad del sistema de salud y la necesidad de promover la salud pública, la Atención Primaria y la salud comunitaria. En esta línea, mencionó que Castilla-La Mancha está desarrollando la Estrategia Regional de Salud Comunitaria, con el objetivo de mejorar el bienestar de la comunidad a través de la integración de objetivos y acciones necesarias para fortalecer la orientación comunitaria de la Atención Primaria.

En resumen, Alberto Jara hizo hincapié en la necesidad de un cambio en el enfoque de financiación sanitaria que tome en cuenta la dispersión poblacional, el envejecimiento y la cronicidad, para seguir ofreciendo una prestación sanitaria equitativa y sostenible en Castilla-La Mancha.

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