Albacete, 11 de junio de 2025.- El Gobierno de Castilla-La Mancha está impulsando una política de regadío “basada en la eficiencia, la sostenibilidad y la rentabilidad del sector” según ha explicado el director general de Desarrollo Rural, José Juan Fernández Zarco, en la inauguración del 40º Congreso Nacional de Riegos que se celebra en Albacete y que ha contado con la presencia de la secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación, Begoña García Bernal, el presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA), Francisco Rodríguez Mulero, y del delegado provincial de Agricultura en Albacete, Ramón Sáez.
Esta apuesta del Ejecutivo de Emiliano García-Page se traduce en el “mayor volumen inversor de nuestra historia” para garantizar el acceso al agua como elemento vertebrador del medio rural. Actualmente, con el apoyo de todas las administraciones y el esfuerzo de los regantes, hay en marcha inversiones por valor de más de 250 millones de euros que benefician a 20.000 agricultores y alcanzan 184.000 hectáreas.
En este sentido, José Juan Fernández ha subrayado “la voluntad” del Ejecutivo autonómico de continuar creciendo en regadíos, ya que Castilla-La Mancha es una de las regiones que menos riega de España, específicamente, un 5,5 por ciento menos que la media. A pesar de esto, la región cuenta con un 64,4 por ciento de regadío de máxima eficiencia y sostenibilidad, lo que supone un riego localizado superior al 53,7 por ciento de la media nacional.
Beneficios del Regadío
Fernández Zarco también ha situado en el centro de las políticas autonómicas de regadío la producción, la competitividad y la rentabilidad de las explotaciones. Una hectárea de regadío genera un valor agregado bruto 3,6 veces superior al de una hectárea de secano. Esto no solo contribuye a vertebrar el territorio, sino que también ayuda a luchar contra la despoblación, a generar empleo y asentar población en nuestros pueblos.
El director general de Desarrollo Rural ha indicado que el Plan Director de Regadíos será el instrumento de planificación estratégica del Gobierno de Castilla-La Mancha para ampliar y modernizar las superficies de riego, contribuyendo así a una agricultura más sostenible, competitiva y cohesionada territorialmente. Con este plan, se espera transformar más de 25.000 hectáreas en regadío con una inversión de más de 300 millones de euros.
Por último, ha agradecido a la Asociación Española de Riegos y Drenajes (AERYD) la organización de este congreso, así como a la Universidad de Castilla-La Mancha por ser un referente en la transmisión del conocimiento a los regantes y su implicación en este importante evento.