Letur (Albacete) se encuentra en estado de conmoción tras las devastadoras inundaciones provocadas por las torrenciales lluvias que azotaron la región el martes 29 de octubre. En respuesta a esta catástrofe natural, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha declarado tres días de luto. La noticia fue anunciada por el presidente regional, Emiliano García-Page, quien visitó la localidad afectada para evaluar los daños y brindar apoyo a los vecinos.
Acompañado por el alcalde de Letur, Sergio Marín, y otros miembros de su gabinete, García-Page se centró en la búsqueda de cinco personas desaparecidas en la zona, ya que uno de los seis inicialmente reportados ha sido hallado sin vida. El presidente lamentó también el fallecimiento de una mujer en el municipio de Mira, en Cuenca, a consecuencia de las lluvias.
Durante su visita, García-Page no escatimó en palabras para describir la gravedad de la situación. “El fenómeno ha sido tremendo, brutal. Seguramente no haya nadie que haya conocido otra cosa parecida en la zona”, afirmó. Agradeció a los medios de comunicación por su cobertura detallada y reiteró que, en estos momentos, “los daños materiales quedarán para después”, enfatizando la prioridad de encontrar a las personas desaparecidas.
Más de 150 operativos de diferentes administraciones públicas, junto con miembros de las fuerzas de seguridad, están trabajando incansablemente en las labores de búsqueda y rescate. Entre ellos se encuentran efectivos del INFOCAM y de la Guardia Civil, así como militares que, en lugar de trasladarse a Alicante para realizar ejercicios, decidieron permanecer en la región para ayudar.
García-Page también expresó su agradecimiento por la solidaridad mostrada por varias instituciones del Estado, incluyendo su Majestad el Rey y el presidente del Gobierno, así como por el apoyo recibido de distintas comunidades autónomas y partidos políticos. “Quiero transmitir a la población de Letur que no están solos de ninguna manera”, aseguró.
A pesar de que se habían tomado precauciones previas ante la emergencia, el presidente reconoció que la magnitud de la riada fue inesperada. “Nos alerta de que, aunque estemos preparados, nada es suficiente cuando la naturaleza decide abrirse paso de esta forma”, concluyó García-Page.
El luto y la búsqueda de respuestas sobre la magnitud de esta tragedia son ahora el foco del Gobierno regional, mientras las comunidades afectadas se unen en un esfuerzo colectivo por reconstruir lo que ha sido devastado y recuperar la calma en medio de la adversidad.
