Pedro José Durán, presidente de la Identificación Geográfica Protegida (IGP) Cordero Manchego, ha asegurado que las explotaciones de la IGP no han tenido «ningún problema» por la viruela ovina y caprina, a pesar de que la situación es de «incertidumbre total» y los profesionales están «muy asustados». Durán ha explicado que las explotaciones no han tenido relación con los camiones que han participado en los transportes de las zonas en las que se han detectado casos de la enfermedad, por lo que están «tranquilos».
Sin embargo, el presidente de la IGP ha señalado que, a pesar de no tener casos, las medidas son «claras y para todo el mundo las mismas». Durán ve «una locura» la cantidad de sacrificios de animales que ya se ha llevado a cabo, aunque ha reconocido que el protocolo «viene de arriba» –de la Unión Europea–. «Tenemos dos elecciones, o se sacrifican los animales que den positivo o nos cierran la frontera», ha explicado.
Por otra parte, el presidente de la IGP ha puesto el foco en que lo que más daño va a hacer al sector es que no se pueden enviar los corderos a cebar y ha comentado que a los ganaderos les gustaría poder «flexibilizar» estas condiciones y esperar a ver si llegasen vacunas o se pudiesen establecer cuarentenas antes de sacrificar a los animales.
Además, Durán ha calificado de «muy insuficientes» las ayudas puestas a disposición de los ganaderos ya que, en caso de comprometerse a volver a criar animales podrían recibir unos 180 euros por animal mientras que en una ganadería como la suya el coste de hacerlo es de unos 350 o 400 euros. Asimismo, ha apuntado que el problema de los cebaderos va a ser enorme, ya que se van a quedar vacíos.
En este sentido, el presidente de la IGP Cordero Manchego ha destacado que la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural está «luchando muchísimo» para que se puedan aumentar las ayudas. «Está claro que con lo que nos dan no vuelves a montar otra ganadería», ha lamentado.
