El 2025 ha traído consigo un clima de transformación profunda, y Dinamarca es un reflejo palpable de estos cambios. En una decisión que marca el final de una era, PostNord, el servicio postal danés, cesará el envío de cartas a partir del 1 de enero. Esta compañía, que tiene una historia de más de 400 años, recogió y entregó su última carta el 30 de diciembre de 2024. Ahora, únicamente los operadores privados continuarán la entrega de correspondencia, lo que ha llevado a la liquidación de miles de puestos de trabajo y al retiro de las icónicas cajas rojas que han adornado las calles danesas.
La digitalización ha sido una de las principales causas detrás de este cambio radical. Según el director de PostNord, Kim Pedersen, la media de solo una carta física al mes para cada danés no justifica un modelo de negocio sostenible. La liberalización del mercado postal por parte del gobierno danés, que eliminó la subvención estatal y las obligaciones de cobertura, ha acentuado la crisis de PostNord, dejando a la compañía como un espectro de lo que solía ser, enfocada ahora en la entrega de paquetes.
Mientras la nostalgia por el formato físico crece entre aquellos que aún dependen de las cartas, la nueva realidad de un monopolio privado sobre un servicio crítico plantea preocupaciones. Más de 280.000 daneses seguirán necesitando el correo físico para comunicarse con instituciones y familiares. A medida que el recuerdo de las cartas se convierte en un simple eco de un pasado más pausado, muchos se preguntan qué significa realmente un servicio postal sin su esencia: las cartas. En un mundo que se siente cada vez más fragmentado, la despedida de este vínculo tangible con el pasado resuena con una tristeza colectiva.
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